Twitter

martes, 26 de febrero de 2013

La sorpresa de los investigadores

De una noticia publicada en el periódico La Nación: "el 87,4% de los trabajadores de la Gran Área Metropolitana (GAM) sí se sienten satisfechos con su ocupación y el 85,4% no piensa cambiar de trabajo. Estas son algunas de las conclusiones de la encuesta de opinión Calidad de vida en el trabajo, realizada por el Centro de Investigación en Administración, Economía y Gestión Tecnológica (Ciadeg), del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), la cual fue presentada ayer. 

Las conclusiones reflejan un panorama favorable que sorprendió a los mismos investigadores." (las negritas no son del original) 


 Mas que la noticia de la alta proporción de personas que se declaran satisfechas con su situación laboral, quería comentar algo que me llamó la atención: la sorpresa de los investigadores. 


Cuando se hace una investigación en Ciencias Sociales, se parte de una hipótesis que se quiere confirmar, modificar o rechazar. Si como en este caso un resultado produce sorpresa, es porque el mismo es contrario a nuestra hipótesis inicial. La sorpresa de los investigadores del TEC podría derivar entonces de dos posibles razones: no esperaban que tanta gente dijera que está satisfecha con su trabajo, o esperaban que mayoritariamente se declararan insatisfechas con sus ocupaciones. Lo cierto es que el resultado positivo generó sorpresa. Y admitámoslo, probablemente a la mayoría que leyó esta noticia le debe haber pasado lo mismo. Y yo me pregunto, ¿por qué será?. 


La respuesta a esta pregunta, según mi interpretación, pasa por varios ámbitos. Primero, se ha venido construyendo una imagen de la realidad que no parece reflejar lo que verdaderamente está pasando. Se ha impuesto una construcción imaginaria de lo que creemos -o queremos hacer creer- es Costa Rica, a la Costa Rica aparentemente verdadera, que en estudios como el del TEC nos muestra apenas parte de sus desconocidos -¿o invisibilizados?-, contornos.


 ¿Y cuál es la reacción de algunos sectores ante datos de la encuesta del TEC? No es cuestionar lo imaginado, sino descalificar los resultados siguiendo la antigua premisa hegeliana de que si la realidad no coincide con las palabras, peor para la realidad. Eso o acudir a la información anecdótica del entorno inmediato, en la que la rigurosidad de la estadística cede ante la percepción que se apoya en el argumento del tipo "yo conozco mucha gente que no está feliz con su trabajo, por lo que la mayoría de la gente no está feliz con su trabajo" (o su versión del siglo XXI: "en RRSS la mayoría está insatisfecha con sus trabajos, por lo tanto, la mayoría de los trabajadores en el país están igualmente insatisfechos")


¿Y por qué hemos venido creando esa imagen del Costa Rica? Son múltiples factores, pero quiero señalar uno que creo que a veces se soslaya. Vivimos una etapa de nuestra vida democrática en donde las minorías tienen una incidencia inédita en el proceso político. Pero con instituciones anquilosadas, rehenes de un proceso de reforma legal totalmente trabado, la respuesta institucional a las demandas de las minorías no siempre es la mas efectiva, lo que genera un explicable malestar en esos grupos. En tiempos de retiro de las mayorías -descalificadas además como éticamente inferiores-, la voz de las minorías insatisfechas se potencia y tiende a definir el tono del debate público. 


 Ojo que no hablo de la justicia o no de sus reclamos o de su malestar, simplemente digo que se tiende a interpretar el descontento focalizado como una manifestación más grande de lo que realmente es. Su malestar es real y en algunos casos justificado. Pero la sensación de que ese malestar se extiende a la mayoría es un espejismo o una construcción interesada. Insisto: los problemas que enfrentan las minorías son reales. Lo que es desproporcionado es creer que esos problemas de alguna manera definen en su totalidad la situación de un país. 


 Entonces claro, cuando se dan investigaciones como la del TEC o la de UCR, que en noviembre pasado nos dijo que 9 de cada 10 costarricenses se declara feliz con su vida, que nos muestran una Costa Rica esencialmente diferente a esa que prevalece en la imaginación de algunos sectores o en el debate público más ruidoso, viene la sorpresa y la incredulidad. Pero ya para este momento deberíamos saber que la realidad costarricense ha venido mostrando una resistencia admirable a los asaltos teóricos de quienes solo ven las cosas bajo una óptica negativa. Y no parece que vaya a ceder. Y yo por lo menos sí encuentro eso verdaderamente sorprendente.

No hay comentarios.: