Twitter

lunes, 30 de noviembre de 2009

Todos nos merecemos esa consideración

Un amigo me llama la atención sobre este comunicado de prensa emitido por Televisora de Costa Rica a raíz del incidente que protagonizara una presentadora del programa "7 Estrellas", con una también presentadora del programa de Canal 11 "Intrusos de la farándula":

"“La Gerencia General de Televisora de Costa Rica y la producción del programa Siete Estrellas manifestamos:

1.- Ante los hechos de conocimiento público que involucran a nuestra compañera Nancy Dobles, le damos nuestro apoyo profesional y humano.
2.- Será en los Tribunales de Justicia donde se establecerá la verdad real de los hechos. Pero tratándose de dos personas que han tenido una buena relación profesional y personal, confiamos que pueda darse un eventual arreglo entre las partes.
3.- Esperamos que los demás medios de comunicación, tal y como hemos hecho nosotros, mantengan el respeto que merecen nuestros Tribunales y el honor de las estimables personas involucradas. Máxime por consideración a sus familias y a los menores de edad que no deben sufrir por estas situaciones."

Vale la pena mencionar que uno de los productores de "7 Estrellas", si mal no recuerdo, es Ignacio Santos, co-director de Telenoticias.

¿No tienen Fernando Zumbado, Maureen Ballestero, Karla González y tantos otros más que han sido objeto de linchamiento público en algunos medios de comunicación los mismos derechos que Nancy Dobles? ¿No se merecen la misma consideración las familias de todos los que han sufrido el escarnio público de directores y directoras de medios que con una ligereza escalofriante convierten toda noticia en un cadalso? ¿No sufren los menores de edad de esas familias cuando sus padres, madres, hermanos y tíos son condenados públicamente aun antes de que siquiera se presenten acusaciones en los Tribunales de Justicia?

No hay diferencia entre Nancy Dobles y cualquier otra persona. Los derechos que le asisten son iguales -deberían serlo-, para todos. La mesura a la que se llama en el comunicado debe aplicarse en todo caso, sobre todo por los medios de comunicación, pero más aun por quienes tienen la responsabilidad de dirigir sus programas de noticias. La existencia de un doble estándar es inaceptable.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Artículo sobre campaña sucia o negativa

De los primeros artículos que publiqué en el periódico La Nación, allá por 1997. Le hice un par de cambios para sobre todo eliminar referencias específicas de la época. Algunas de las conclusiones me parecen ahora medio flojas y desconectadas del texto, pero me imagino que estaban en mucho determinadas por el contexto de la época. Recuerdo que escribí este texto después de leer un artículo sobre el tema en la revista Pol-Scy, editada por APSA (American Political Science Association).

Campaña sucia o negativa

Es prácticamente imposible encontrar en nuestra historia político-electoral alguna campaña exenta de propaganda negativa. Públicamente este tipo de campaña es rechazada de plano, no solo por los ciudadanos sino también por los políticos. Pero ningún candidato a un puesto de elección pública, parece verdaderamente dispuesto a renunciar a este recurso.

¿ Cuándo una campaña puede ser catalogada como sucia o negativa ? Para el analista político estadounidense Darrel West, una de las características principales de este tipo de campaña es la de privilegiar la propaganda electoral basada en cortos televisivos de 30 o menos segundos, en los que normalmente se muestran imágenes aisladas y se comunican unas pocas palabras de impacto dirigidas a crear dudas acerca del candidato rival. La posibilidad de encontrarnos este tipo de enfoque en un proceso electoral aumenta si la diferencia en la intención de voto para los candidatos principales es mínima. En todo caso, el uso intensivo de esta clase de propaganda no garantiza ni la victoria ni la derrota, es más una estrategia riesgosa que normalmente adopta quien aparece en desventaja en las encuestas. Tal vez el único resultado predecible es el aumento del abstencionismo a niveles mayores al del promedio histórico. Pero, pese a los inconvenientes y riesgos que supone, nuestros políticos siguen recurriendo a a la campaña negativa, alienando cada vez mas a la gente, la que se limita ahora a ver los toros desde la barrera. ¿ A qué se debe esta supuesta contradicción ? ¿ Ha llegado el desvinculamiento de la clase política con la sociedad civil a extremos tan sorprendentes ?

La respuesta a estas preguntas está relacionada con la percepción de los votantes respecto a las campañas negativas. Es un hecho generalmente aceptado que los votantes rechazan de plano este tipo de propaganda; para confirmar esta impresión, se utilizan las aplastantes cifras de múltiples encuestas y sondeos. Pero la respuesta a una pregunta puede estar predeterminada por la pregunta misma. Típicamente, las empresas encuestadoras preguntarán al votante, "¿ está usted de acuerdo con las campañas sucias o negativas ?". Nadie podría contestar afirmativamente, sobre todo con la visión estereotipada que se ha generado alrededor de la campaña negativa, principalmente en los medios de comunicación, que hace percibir este tipo de campaña como una de mentiras o injusticias. Pero la verdad es que se puede ser honesto y justo en un anuncio negativo, como también se puede mentir en un anuncio positivo. Y pese a la opinión que expresan en las encuestas, muchos ciudadanos encuentran útil la información que se transmite en estos cortos negativos. David Doak, consultor del partido Democráta estadounidense, utiliza un excelente metáfora para explicar la efectividad de estos "spots": "una persona decide presentar en una entrevista de trabajo diez referencias; nueve son extremadamente positivas, pero la décima advierte que el entrevistado es un ladrón. ¿ A cuál se le daría mas importancia ? La información negativa es normalmente la más importante para que un votante se decida".

¿ Entonces, son beneficiosas las campañas negativas ? No necesariamente. Detrás de una campaña negativa se refleja una marcada pérdida de la fe popular en las instituciones de Gobierno. Los estrategas electorales de los partidos políticos recurren entonces a campañas cínicas que le permitan seducir a un electorado cínico, al que en realidad ha dejado de importarle la política. Y esa falta de fe puede terminar socavando la legitimidad de esas mismas instituciones. Será en ese momento que sufriremos las consecuencias de todas las campañas negativas que hemos venido presenciando en los últimos años.

martes, 24 de noviembre de 2009

El legado de Karla González

Con Karla González tuve una relación de trabajo cercana. Puedo decir que es una de las personas del Gabinete con la que tuve una mayor relación profesional, tan solo porque además de asistir al Consejo de Gobierno cada miércoles también nos encontrábamos la mayoría de los jueves en la sesión de la Junta Directiva del Consejo Nacional de Concesiones. No fue fácil. Karla es una mujer de carácter complejo, que frecuentemente me sacaba de mis casillas. Convencerla de algo resultaba una tarea titánica (ahorita la verdad no me acuerdo haberla convencido de nada), y con alguna frecuencia teníamos discusiones que a veces no tenían una resolución completamente satisfactoria para ambos, o por lo menos para mí. Me exasperaba su rigidez, lo que percibía como una poca disposición a transar, de encontrase a medio camino, la horrible costumbre de no devolver una llamada. Puede parecer que me caía mal o que no tenía buena relación con ella, pero nada más alejado de la realidad. Junto con Javier Flores vacilábamos mucho en los Consejos de Gobierno que se celebraban fuera de San José, al punto que en algún momento pensé que el Presidente nos iba a llamar la atención públicamente. Incluso en los Consejos de Gobierno en Zapote siempre encontrábamos la ocasión, para consternación de Eugenia Flores siempre tan recatada y seria y situada entre Javier, yo y Karla, para reirnos de alguna tontera.

En retrospectiva ahora me doy cuenta que fue precisamente por su personalidad fuerte que su gestión al frente del MOPT fue una de las más exitosas que haya tenido un Ministro de Obras Públicas y Transportes en los últimos años. Si no hubiera sido lo testaruda que es, no habría podido nunca revertir el estado de abandono en que se encontraban las principales carreteras del país. Ahora es muy fácil -e infinitamente mezquino-, demeritar su gestión a la luz de un hecho específico, pero nadie parece recordar el estado de la carretera entre Palmar Norte y Río Claro al principio de esta administración, tachonada de miles de redondos huecos de bordes filosos que significaban el fin de llantas y aros, o la literal desaparición de la carretera entre Belén y Huacas en Guanacaste, o las casi dos horas que tomaba recorrer los 48 kilómetros entre Liberia y Cañas. Tres años después podemos transitar con fluidez por las principales carreteras del país. Parece fácil decirlo, pero requirió de un esfuerzo monumental y una voluntad de hierro que no necesariamente genera simpatías. A Karla eso nunca la detuvo, y los resultados están a la vista.

Ningún cálculo político orientó su trabajo. Lo que hizo lo hizo siguiendo sus propias convicciones. De lo contrario nunca habría propuesto una Ley de Tránsito tan a contrapelo con lo que se consideraba hasta ese momento casi que una manifestación cultural inmutable. A mí no deja de sorprenderme el cambio de costumbres que ha venido generando esta Ley, y pienso en la cantidad de vidas que se han salvado simplemente porque la gente entendió -aunque fuera a la fuerza-, que es mejor organizarse de alguna manera antes que manejar borracho. Cuando algunos expresaron su preocupación por lo que parecían sanciones desmedidas, la cabezona de Karla no dio el brazo a torcer y finalmente se salió con la suya, porque aun cuando la aplicación de algunas sanciones ha sido pospuesta, hay otras que desde ya están cambiando el estado de las cosas. Desde que esa Ley se aprobó, somos un mejor pueblo, uno más responsable y mesurado. No es poca cosa.

Echó a andar el proyecto de infraestructura más grande de los últimos 30 o 40 años en este país, como lo es la carretera a Caldera, lo que no habría sido posible si no hubiese empujado -jodido- a todo mundo como lo hizo. Los ahorros monumentales que esta obra le producirá al país y la mejora en la competitividad que esto representa, deberían ser incluidos en la valoración de las quejas de algunos sectores por el monto de un peaje, las que parecerían insignificantes si no se olvidara tan rápido las presas constantes que había desde la salida de Escazú al Gimnasio Nacional, o el estado precario de algunos puentes en la misma ruta. Pero así somos los ticos, de memoria corta y propensos a la ligereza.

Y así hay múltiples ejemplos. El legado de Karla González es enorme. Y todo su trabajo estuvo orientado por una firme convicción de que lo estaba haciendo era lo correcto. No estaba en el puesto para granjearse simpatías, sino para hacer lo que tenía que hacer. Y lo hizo con valentía, como se lo reconoció el Presidente. Actuó con firmeza y una gran honestidad, sobre todo intelectual. Yo tengo la esperanza de que haya fijado un estándar para quienes vienen, porque con unas 4 o 5 Karlas en los próximos gobierno podríamos finalmente cubrir el déficit de infraestructura que el país tiene. Aunque nos saquen de nuestras casillas.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Nuestra cara en el exterior

Hay tantos temas que tengo pendientes que me va a tomar un buen tiempo ponerme al día. Pero antes de empezar a sacar la tarea quisiera compartir con ustedes algo sobre lo que he venido reflexionando desde hace tiempo, algo que me resulta gratificante y que quisiera compartir en este espacio.

En todos los países a los que he ido y en los que he tenido la suerte de contar con el apoyo de nuestras representaciones diplomáticas he podido comprobar el altísimo nivel de nuestros funcionarios del servicio exterior. Se trata de personas preparadas, de gran espíritu de servicio y con un gran compromiso con el país. Es un placer conversar con ellos y enterarse de la realidad de los países en los que trabajan, con un conocimiento que no se encuentra en ningún libro. Pero además poseen un visión particular que los diferencia de nosotros los que vivimos acá: han logrado tener un panorama objetivo de Costa Rica, de valorar justamente sus virtudes y limitaciones, producto de un ejercicio reposado de análisis a la distancia, de contraste con otras realidades. Ahí donde los residentes somos rápidos para desdeñar muchas cosas positivas o desmesurados a la hora de exaltar algunos de nuestros logros, nuestros coterráneos en el extranjero tienen la serenidad necesaria para entender que nada es blanco o negro, porque de su experiencia de mundo han verificado las múltiples tonalidades que tiene la realidad. De alguna manera están en una mejor posición que nosotros mismos para valorar lo que como sociedad hemos logrado o dejado de hacer.

Estos dos años y pico que tengo de estar en estos menesteres he tenido la oportunidad de conocer a muchos de estos ejemplares servidores públicos, los que trabajan mayoritariamente a la sombra. Son nuestra cara en el exterior y estoy seguro que responsables en gran parte de la percepción que de Costa Rica se tiene en el mundo. Como están lejos casi nunca nos damos cuenta de todos sus desvelos, de los sacrificios y tensiones que genera trabajar con recursos escasos, viviendo estrechamente, en muchos casos alejados de sus seres queridos. Tiene por supuesto muchas compensaciones, pero no deja de ser una especie de ministerio que requiere de una personalidad especial para mantenerse en movimiento durante la vida profesional. Nada más alejado de la realidad esa imagen simplona que el trabajo diplomático consiste solo en asistir a recepciones, fiestas y banquetes. Desafortunadamente la distancia le impide al grueso de la gente ser testigo del trabajo que realizan en la promoción de nuestro país, la defensa de nuestros intereses, la asistencia a los ticos residentes en el extranjero, la búsqueda de becas y cualquier forma de cooperación que beneficie al país.

Me atrevo a decir que en muchos de los viajes que he hecho, lo mejor ha sido relacionarme con el personal de nuestras embajadas. Ha sido un experiencia enriquecedora, tanto profesional como personalmente. Y me deja tranquilo porque he sido testigo de primera mano de lo bien representados que estamos en el extranjero.