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jueves, 13 de diciembre de 2012

Indicadores, pobreza y un circulo virtuoso

En las últimas semanas se han dado a conocer algunos datos relacionados con el desempeño del país en el combate a la pobreza y la desigualdad. Primero se presentó el XVIII informe sobre el Estado de la Nación, seguido de la Encuesta Nacional de Hogares. Los dos instrumentos nos permiten valorar diferentes factores para conocer el país que tenemos y los retos que afrontamos.

El debate que genera la publicación de estos documentos ofrece elementos valiosos para la elaboración de políticas públicas.

El informe del Estado de la Nación se concentra sobre todo en el análisis de tendencias. Por una cuestión metodológica, se presentan sus resultados casi al final del año siguiente al año que es objeto de análisis. Es decir, el informe que se presentó en noviembre de este año se refiere al análisis de indicadores del año 2011. Este desfase no incide en las conclusiones del informe porque se trata de un análisis de tendencias y del resultado de la acumulación de políticas públicas en los últimos 20 años.

Desafortunadamente, una buena parte del debate público alrededor de este informe se concentra en los indicadores y no en ese análisis global. Pero, como se indicó, se trata de indicadores del 2011. Por ejemplo, el indicador del nivel de pobreza que se utiliza en este informe se refiere al medido por la Encuesta de Hogares en julio del 2011, es decir, refleja la situación del país en materia de pobreza de hace casi 18 meses. Y así pasa con la gran mayoría de los indicadores analizados.

Indicadores actualizados. Para la discusión y debate centrada en indicadores contamos con la Encuesta de Hogares, un ejercicio anual que presenta indicadores actualizados como el de pobreza. Se acaba de presentar este informe, el que, curiosamente, no suscitó el mismo nivel de debate que el del Estado de la Nación.

La Encuesta de Hogares muestra que, por primera vez en los últimos 5 años, la tendencia de crecimiento del porcentaje de familias en condición de pobreza se detuvo y más bien se redujo en un 1%, pasando del 21,6% al 20,6%. Esta reducción, que tal vez no sea estadísticamente significativa pero que tiene un significado social que no se puede ignorar, se explica principalmente por un aumento en términos reales del ingreso familiar, es decir, superior al nivel de la inflación.

En otros años un aumento del ingreso familiar como el experimentado durante los últimos 12 meses (en promedio un 6,9%, mientras la inflación fue del 4,6%), se podía explicar por las transferencias del estado a familias vulnerables, como las becas de Avancemos o subsidios del IMAS. Pero esta encuesta nos muestra que la proporción de esas transferencias como parte del ingreso familiar total ha venido disminuyendo, por lo que el aumento del ingreso se explica sobre todo por la creación de empleo que ha venido experimentado nuestra economía.

Este es un resultado esperanzador. Generar un entorno estable que propicie el crecimiento económico, ha sido siempre uno de los objetivos de la acción del Gobierno. Por eso ha venido adoptando medidas para mantener controlado el déficit, mediante el control del gasto público y el aumento de la recaudación fiscal, lo que ha contribuido a los niveles de inflación mas bajos de los últimos 40 años, así como a tasas de interés estables.

El reto es ahora propiciar las condiciones para que la variación del nivel de pobreza registrado este año sea la reversión de una tendencia negativa y el inicio de una recuperación sostenida del ingreso familiar como forma no solo de combatir la pobreza sino además la desigualdad.

El Gobierno ha continuado promoviendo la llegada de empresas internacionales al país, y trabaja en la mejora de las condiciones de competitividad, esfuerzo que ya ha generado una mejora notable de la clasificación del país en los informes internacionales sobre la materia.

Se viene ejecutando programas de generación de oportunidades como “Empléate”, destinado a los jóvenes que actualmente no estudian ni trabajan. Concretando una inversión en infraestructura de mas de $2.000 millones. Todo esto en medio de una mejora notoria en los índices de criminalidad, que contribuye a generar un ambiente propicio para el mejoramiento de las condiciones de vida.

Además, y para reforzar este proceso y combatir la desigualdad existente, el Gobierno acordó una nueva forma de cálculo de los aumentos salariales de los trabajadores del sector privado, utilizando para esto, además del nivel de inflación, un porcentaje del crecimiento de PIB, lo que permitirá un crecimiento paulatino de los salarios en términos reales.

Este es el círculo virtuoso que aspira crear todo Gobierno: una economía en crecimiento, generando miles de empleos que permiten un aumento de los ingresos familiares y una disminución de la pobreza. Las estadísticas parecen confirmar que eso es precisamente lo que está sucediendo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Picoteo, titulares y la locura de las redes en el debate público

Hace ya un tiempo me referí al tema de los cambios que se están generando en la forma en que la gente lee, a raíz de un artículo de Mario Vargas Llosa sobre el libro "The Shallows: what internet is doing to our brains" de Nicholas Carr. Básicamente decía que un resultado concreto de nuestra interacción cotidiana en internet es que hemos dejado de leer en profundidad, y nos hemos ido convirtiendo en "picoteadores" de información, pasando de un tema a otro sin profundizar en ninguno, tal y como comúnmente hacemos cuando navegamos por la red.

Entonces, sostenía yo en mi blog, si efectivamente la gente se queda con la primera impresión, sin profundizar en lo que lee, habría que repensar la forma en que se definen los titulares de las noticias, en tanto en muchos casos, y como consecuencia de este cambio en nuestros hábitos de lectura, eso será lo único que leerá la mayoría de las personas. Y, peor aún, ese será el único argumento con el que la gente se formará una opinión sobre un hecho noticioso.

Pero ahora habría que agregar un elemento adicional: el efecto multiplicador/distorsionador de las redes sociales. Un titular ambiguo puede convertirse de pronto en una tormenta en redes sociales, con el agravante que, siendo Twitter el ámbito más activo en la discusión de los temas de coyuntura, los debates quedan reducidos a 140 caracteres, con lo que muchas veces la pobreza lógica y argumentativa se hace aun mas evidente.

Hace unos días se dio el ejemplo perfecto. La Presidenta Chinchilla, en razón de alguna de las marchas que de los últimos días, y ante una pregunta específica de un periodista sobre si esto no  era preocupante o podía causar inestabilidad, dio unas declaraciones en las que expresaba su convicción de que las marchas eran una expresión común en las democracias, y por lo tanto no había que asustarse ni preocuparse por su recurrencia.

De esa afirmación, que tiene un profundo carácter democrático, se derivó el titular de un medio que en su página web dio cuenta de esta declaración bajo el título "A Presidenta Chinchilla no le preocupan las marchas". Este titular, que es estrictamente correcto, pero que no recoge el sentido de la declaración de la Presidenta, fue el detonante de un proceso increíble en Twitter.

Los primeros tuits se limitaban a reproducir el titular haciendo algún comentario corto del tipo "entonces no le preocupa el pueblo". De ahí se pasó a la acusación de "gobernar para unos pocos porque que no le importa la gente". De pronto, la declaración de la Presidenta no era que no había que preocuparse, sino que a ella no le importaba la gente, ni el pueblo. Y porque no le importaba la gente, pues lo lógico era que renunciara "y se llevara a todos esos ineptos que la acompañan". Pero por supuesto que no iba a hacer eso afirmaban con absoluta seguridad algunos tuiteros, porque "despidió a la pobre Karina solo porque era mujer", mientras mantiene en su cargo a los hombres y que, claro, eso es de esperarse "del gobierno mas corrupto de la historia", o "el peor gobierno de la historia", y de una Presidenta "machista" sin ninguna sensibilidad social.

Por arte de la interpretación creativa de ese titular de seis palabras, la Presidenta pasó a ser una especie de Maria Antonieta tropical absolutamente indiferente a los intereses de la gente, producto por supuesto, de ser una "marioneta de los Arias/Figueres/Araya/La Nación/la conferencia episcopal", escoja usted. Pero claro, decía una conspicua tuitera con una relacion inversamente proporcional entre su capacidad de insultar y su inteligencia, ¿qué podía esperarse de una "hija predilecta de María",  que permite -ella personalmente- el aleteo indiscriminado de tiburones? ¿Que trató de dar un golpe de estado -que urdió desde España adonde había viajado mientras en el país había marchas que claro, ahora los sabemos, no le importaban-, a la Corte Suprema de Justicia? ¿Que aprobó -ella sola-, una Ley Mordaza para acallar a la gente, para que no puedan denunciar la corrupción?

Y ya no hubo mas tiempo para mas, porque en eso comenzó Intrusos y la discusión se tornó en una competencia a ver quien podía decir las cosas más insultantes contra los integrantes del programa, y de paso hablar mal de 7 Estrellas, el Chinamo y, por supuesto, el preferido de todos: Combate.

Afortunadamente las redes sociales siguen siendo un fenómeno limitado con una participación muy desigual y poco democrática. Pero podría llegar el momento en que comiencen a incidir en el nivel del debate público, sobre todo si los medios de comunicación siguen utilizando lo que se dice en ellas como representativo del sentir nacional. Y si por la víspera se saca el día, llegará un momento que no habrá debate, sino una gritería ensordecedora en la que nadie se escuche. Hasta que comience Combate.