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miércoles, 25 de marzo de 2009

Editorial Democracia Digital

La acusación no es suficiente

En Costa Rica es usual que una acusación en contra de algún funcionario público resuene en una ciudadanía que ha tenido que sufrir por la corrupción de algunos políticos. La gente tiene razón de indignarse y exigir que se asuman responsabilidades por los hechos denunciados. Pero esto no debe obnubilar el criterio popular. Una acusación no presupone culpabilidad. Esta es una afirmación que podría parecerle audaz a algunos sectores, sobre todo aquellos que están en el negocio de la defenestración sistemática de la política y los políticos. Pero lo cierto es que creer lo contrario es peligrosísimo para todos, incluidos esos que homologan acusación con sentencia.


En estos últimos perecen estar algunos medios de comunicación, agravado con una interpretación bastante particular del concepto de libertad de prensa lo primero que habría que reafirmar es que un periodista no está protegido por un fuero especial si con su trabajo daña infundadamente honras ajenas. O que su título de periodista le otorga rigurosidad a todo lo que informa. O que su propia visión de los hechos no esté equivocada o sesgada. Libertad de prensa, además de la posibilidad de informar sin cortapisas, supone también rigor en la recopilación de datos, y un balance informativo que ponga primero en duda las conclusiones propias, sobre todo si se contradicen con las de quienes son objeto de acusaciones. Lo normal en estos casos es que quienes informan desestimen como justificaciones “propias de políticos” cualquier visión que sea contraria, ignorando que poner en duda nuestros propios hallazgos es el camino hacia la solidez argumental e informativa.

Lo anterior, que es evidente en muchas de las noticias de esta índole, tiene un efecto perverso, porque refuerza los peores prejuicios ciudadanos, muchos de ellos sin fundamento. Es posible que la gente no haga más que leer un titular, arribar a una conclusión “automática” y olvidarse del asunto. Simplemente se “confirma” lo que “siempre” ha sabido. Y desde esta perspectiva los medios minan su capacidad de informar porque, ¿qué tanto se puede informar en un titular?. De continuar esta tendencia tendremos medios dedicados a la emisión de titulares, cosa que es cercana a lo que algunos medios ya están haciendo en Costa Rica.

Lo cierto es que una acusación simplemente es el inicio de un proceso. A partir de una denuncia periodística puede pasar que se inicie un proceso judicial o que se encuentre que no hay méritos para seguir adelante. Incluso se pueden llevar a cabo juicios cuya resolución sea la absolución de los imputados. Y nadie debería sorprenderse o cuestionar esto, al menos no sin pruebas. La presunción de inocencia es un derecho que nos protege a todos, no solo a los políticos. Y debemos hacer todo lo posible para que esto siga siendo así.

martes, 17 de marzo de 2009

Una diferencia notable

Algo que disfruto muchísimo cada vez que viajo es ver la televisión local, especialmente los programas de noticias, que me permiten hacerme una idea -muy general-, sobre la realidad del país. He de decir que los telenoticiarios se parecen bastante en todos los países que he visitado (que tampoco son muchos), pero que en la programación cotidiana que sigue a los noticieros si hay una diferencia notable: normalmente la transmisión matutina de los canales se inicia con un telenoticiero a primera hora (6, 6:30 de la mañana), seguido de un programa, habitualmente de una hora de duración, de análisis, entrevistas y debate sobre temas de interés público relacionados con la política. Eso lo he visto tanto en países centroamericanos como sudamericanos y europeos.

En Costa Rica las noticias matutinas son seguidas de las denominadas "revistas" televisivas que tratan de temas absolutamente apolíticos. No entro a juzgar la pertinencia, valor o relevancia de los temas que se tratan en estos programas, solo quiero hacer evidente esta diferencia que me intriga. Países que los costarricenses tendemos a ver por encima del hombro en materia de vivencia democrática y política le otorgan a la discusión y el análisis político una relevancia tal que la programación matutina, sobre todo a la hora en que las familias tienen encendidos sus televisores mientras se preparan para ir al trabajo o a los estudios, se encuentra dominada por emisiones de esta índole. ¿Por qué será esta diferencia?

viernes, 6 de marzo de 2009

Es difícil, y algo sobre TICs

Mientras estaba en la UCR era para mí un placer -y muy sencillo-, sacar tiempo para mantener actualizado mi antiguo blog. Pero ahora es complicado. Y lo triste es que tengo tantas cosas que compartir que termino con una gran angustia y ansiedad por no poder sacar el tiempo (o en la de menos es mas bien falta de disciplina), para sentarme 15 minutos y tratar de escribir al menos un par de párrafos. Pero bueno, el que escriba estas líneas es buena señal, vamos a ver cómo me va.

Escribo desde Montevideo, donde asisto desde hace un par de días a un encuentro sobre Gobierno Electrónico organizado por OEA. La actividad ha estado interesante y me ha servido para conocer lo que muchos países latinoamericanos, pese a las restricciones presupuestarias, han venido desarrollando en el ámbito de las tecnologías de información. Pese a esto, me ha asaltado la duda de si hemos podido "vender" adecuadamente el tema a nuestros gobiernos, de manera que se decidan a invertir en este campo con una mayor convicción. Si los beneficios son tan evidentes, ¿cómo es que no avanzamos más rápidamente? La respuesta típica es que "los políticos" no entienden el tema y por eso no lo apoyan. Pero me parece que esto no es del todo cierto.

Si los beneficios de la aplicación de TICs en la acción de Gobierno fuera tan evidentes como nosotros creemos, "los políticos" estarían ansiosos por generar resultados lo más rápidamente. Es cierto que algunos no entienden, pero también puede ser que no hemos sido capaces -quienes decimos entenderlo-, de transmitir con claridad cuáles son las ventajas, pero además qué es lo que habría que hacer para obtenerlas. Nos hemos concentrado en describir la tierra prometida y nos hemos olvidado un poco de las dificultades del camino.

Vamos a ver si en el próximo encuentro sobre el tema esta preocupación se incluye en la agenda. La justeza de las soluciones no es suficente para generar condiciones óptimas para su aplicación. No porque nos parezcan o sean evidentes las bondades del uso de TICS en el ejercicio de Gobierno es que se acomodarán todos los factores necesarios para su uso generalizado (superación de la brecha digital, inversión en infraestructura, etc.). Una discusión propositiva en este sentido posiblemente aporte más que una detallada descripción de los estados ideales.