Hace ya un tiempo me referí al tema de los cambios que se están generando en la forma en que la gente lee, a raíz de un artículo de Mario Vargas Llosa sobre el libro "The Shallows: what internet is doing to our brains" de Nicholas Carr. Básicamente decía que un resultado concreto de nuestra interacción cotidiana en internet es que hemos dejado de leer en profundidad, y nos hemos ido convirtiendo en "picoteadores" de información, pasando de un tema a otro sin profundizar en ninguno, tal y como comúnmente hacemos cuando navegamos por la red.
Entonces, sostenía yo en mi blog, si efectivamente la gente se queda con la primera impresión, sin profundizar en lo que lee, habría que repensar la forma en que se definen los titulares de las noticias, en tanto en muchos casos, y como consecuencia de este cambio en nuestros hábitos de lectura, eso será lo único que leerá la mayoría de las personas. Y, peor aún, ese será el único argumento con el que la gente se formará una opinión sobre un hecho noticioso.
Pero ahora habría que agregar un elemento adicional: el efecto multiplicador/distorsionador de las redes sociales. Un titular ambiguo puede convertirse de pronto en una tormenta en redes sociales, con el agravante que, siendo Twitter el ámbito más activo en la discusión de los temas de coyuntura, los debates quedan reducidos a 140 caracteres, con lo que muchas veces la pobreza lógica y argumentativa se hace aun mas evidente.
Hace unos días se dio el ejemplo perfecto. La Presidenta Chinchilla, en razón de alguna de las marchas que de los últimos días, y ante una pregunta específica de un periodista sobre si esto no era preocupante o podía causar inestabilidad, dio unas declaraciones en las que expresaba su convicción de que las marchas eran una expresión común en las democracias, y por lo tanto no había que asustarse ni preocuparse por su recurrencia.
De esa afirmación, que tiene un profundo carácter democrático, se derivó el titular de un medio que en su página web dio cuenta de esta declaración bajo el título "A Presidenta Chinchilla no le preocupan las marchas". Este titular, que es estrictamente correcto, pero que no recoge el sentido de la declaración de la Presidenta, fue el detonante de un proceso increíble en Twitter.
Los primeros tuits se limitaban a reproducir el titular haciendo algún comentario corto del tipo "entonces no le preocupa el pueblo". De ahí se pasó a la acusación de "gobernar para unos pocos porque que no le importa la gente". De pronto, la declaración de la Presidenta no era que no había que preocuparse, sino que a ella no le importaba la gente, ni el pueblo. Y porque no le importaba la gente, pues lo lógico era que renunciara "y se llevara a todos esos ineptos que la acompañan". Pero por supuesto que no iba a hacer eso afirmaban con absoluta seguridad algunos tuiteros, porque "despidió a la pobre Karina solo porque era mujer", mientras mantiene en su cargo a los hombres y que, claro, eso es de esperarse "del gobierno mas corrupto de la historia", o "el peor gobierno de la historia", y de una Presidenta "machista" sin ninguna sensibilidad social.
Por arte de la interpretación creativa de ese titular de seis palabras, la Presidenta pasó a ser una especie de Maria Antonieta tropical absolutamente indiferente a los intereses de la gente, producto por supuesto, de ser una "marioneta de los Arias/Figueres/Araya/La Nación/la conferencia episcopal", escoja usted. Pero claro, decía una conspicua tuitera con una relacion inversamente proporcional entre su capacidad de insultar y su inteligencia, ¿qué podía esperarse de una "hija predilecta de María", que permite -ella personalmente- el aleteo indiscriminado de tiburones? ¿Que trató de dar un golpe de estado -que urdió desde España adonde había viajado mientras en el país había marchas que claro, ahora los sabemos, no le importaban-, a la Corte Suprema de Justicia? ¿Que aprobó -ella sola-, una Ley Mordaza para acallar a la gente, para que no puedan denunciar la corrupción?
Y ya no hubo mas tiempo para mas, porque en eso comenzó Intrusos y la discusión se tornó en una competencia a ver quien podía decir las cosas más insultantes contra los integrantes del programa, y de paso hablar mal de 7 Estrellas, el Chinamo y, por supuesto, el preferido de todos: Combate.
Afortunadamente las redes sociales siguen siendo un fenómeno limitado con una participación muy desigual y poco democrática. Pero podría llegar el momento en que comiencen a incidir en el nivel del debate público, sobre todo si los medios de comunicación siguen utilizando lo que se dice en ellas como representativo del sentir nacional. Y si por la víspera se saca el día, llegará un momento que no habrá debate, sino una gritería ensordecedora en la que nadie se escuche. Hasta que comience Combate.
Blog personal de Roberto J. Gallardo N., Profesor de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica
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martes, 4 de diciembre de 2012
miércoles, 5 de octubre de 2011
Presidenta no dijo que Plan Fiscal es malo
Me refiero a la nota “Laura cataloga plan fiscal como malo” publicada en la edición del martes 5 de octubre del periodico La Republica. Al respecto debo aclarar enfáticamente que la Presidenta de la República nunca calificó como “malo” el plan fiscal, mas bien reafirmó su necesidad y defendió la decisión de incluir el tema de zonas francas como parte de una negociación que hizo posible avanzar este proyecto en la corriente legislativa.
La reflexión de la Presidenta Chichilla que se menciona en la nota citada surge ante una pregunta específica sobre el tema de los impuestos a empresas de zona franca. Doña Laura en su respuesta aprovechó para recordar que este gravamen se incluyó en el texto resultado de la negociación con el Partido Acción Ciudadana. El Gobierno de la República aceptó dicha negociación pues se consideró que resultará mucho mas gravoso para la estabilidad del país y para el proceso de atracción de inversión extranjera una situación macroeconómica precaria como la que tendrá Costa Rica en caso de que no prospere la reforma fiscal. Sería ese un escenario con un déficit fiscal de 8 o 9% del PIB, un alto nivel de endeudamiento público y tasas de interés a la alza en dos años. Ante esta situación se afectaría la calificación de riesgo del país que hemos logrado alcanzar a nivel internacional generando un impacto negativo sobre la inversión extranjera.
Estas consideraciones guiaron la negociación con el Partido Acción Ciudadana, y permitieron alcanzar un texto que ha concitado el apoyo de otras fuerzas políticas en la Asamblea Legislativa, en un ejercicio de responsabilidad y patriotismo como no se veía desde hace ya bastante tiempo en el país. La señora Presidenta ha reiterado una y otra vez la imperiosa necesidad de que las fuerzas políticas puedan alcanzar acuerdos serios y rigurosos, producto de una negociación transparente y basada en principios, como lo fue el que produjo esta reforma fiscal y en el que el Partido Acción Ciudadana, el Gobierno y otras fuerzas políticas actuaron con responsabilidad.
El Gobierno de la República sostendrá el compromiso adquirido con las distintas fuerzas políticas en relación con la reforma tributaria.
La reflexión de la Presidenta Chichilla que se menciona en la nota citada surge ante una pregunta específica sobre el tema de los impuestos a empresas de zona franca. Doña Laura en su respuesta aprovechó para recordar que este gravamen se incluyó en el texto resultado de la negociación con el Partido Acción Ciudadana. El Gobierno de la República aceptó dicha negociación pues se consideró que resultará mucho mas gravoso para la estabilidad del país y para el proceso de atracción de inversión extranjera una situación macroeconómica precaria como la que tendrá Costa Rica en caso de que no prospere la reforma fiscal. Sería ese un escenario con un déficit fiscal de 8 o 9% del PIB, un alto nivel de endeudamiento público y tasas de interés a la alza en dos años. Ante esta situación se afectaría la calificación de riesgo del país que hemos logrado alcanzar a nivel internacional generando un impacto negativo sobre la inversión extranjera.
Estas consideraciones guiaron la negociación con el Partido Acción Ciudadana, y permitieron alcanzar un texto que ha concitado el apoyo de otras fuerzas políticas en la Asamblea Legislativa, en un ejercicio de responsabilidad y patriotismo como no se veía desde hace ya bastante tiempo en el país. La señora Presidenta ha reiterado una y otra vez la imperiosa necesidad de que las fuerzas políticas puedan alcanzar acuerdos serios y rigurosos, producto de una negociación transparente y basada en principios, como lo fue el que produjo esta reforma fiscal y en el que el Partido Acción Ciudadana, el Gobierno y otras fuerzas políticas actuaron con responsabilidad.
El Gobierno de la República sostendrá el compromiso adquirido con las distintas fuerzas políticas en relación con la reforma tributaria.
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