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viernes, 5 de abril de 2013

Empleo, subempleo, desempleo

El su editorial del pasado 25 de marzo, La Nación analiza los resultados de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del INEC, con los datos correspondientes al IV trimestre del año 2012. Por tratarse de un ejercicio importante, me permito a continuación agregar algunos elementos que desde nuestra óptica son esenciales para valorar adecuadamente lo que ha venido ocurriendo con el empleo en Costa Rica, sobre todo en los últimos 18 meses.

Una de las características mas importantes de la Encuesta Continua de Empleo es que nos permite revelar tendencias dentro del mercado laboral.  En este sentido, lo que los datos nos indican es que en los últimos 18 meses la tasa de desempleo ha venido disminuyendo paulatina y sostenidamente, pasando de 10,9% en el III trimestre del 2011, a 9,8% en el IV trimestre del 2012. Pero esta es apenas la mitad de la historia. La Encuesta también nos permite medir la creación de empleo, así como el número de personas que sale a buscar trabajo. Y esos datos deben ser agregados en el análisis, para una apropiada evaluación de lo que está pasando en materia de empleo en Costa Rica.

Según los datos de la misma Encuesta, la población costarricense crece alrededor de un 1,2% anualmente. Sin embargo, el número de personas que salió a buscar trabajo en los últimos 18 meses triplicó ese porcentaje –en el caso de las mujeres el porcentaje fue cinco veces mayor-, cifra que atribuye el INEC a las expectativas positivas generadas por una economía creciendo mas de 5%. Pese a ese aumento importante en la cantidad de gente que salió a buscar trabajo, la economía empleó a mas de 77,000 costarricenses y confirmó la tendencia a la disminución del desempleo que se ha venido observando en los últimos 6 trimestres. Pero es esa gran cantidad de personas que salió a buscar trabajo la razón por la cual la tasa de desempleo como tal no disminuye de manera más acelerada. Este es un hecho que no puede obviarse a la hora de analizar lo que pasa.

Hechas estas precisiones debería entenderse mejor lo que está pasando. La economía está creando una cantidad de trabajos tal que puede absorber no solo el crecimiento normal de la fuerza de trabajo, sino además un número extraordinario de personas que ante las expectativas positivas decide salir a buscar empleo. Por eso el número de ocupados crece, no ligeramente como lo dice el editorial, sino en una cantidad que es a todas luces significativa. Y en el año 2011 la situación fue aun mas explosiva: del I Trimestre del 2011 al I Trimestre del 2012, 174,000 personas encontraron trabajo, de las casi 200,000 que salieron a buscarlo.

Es también por estas consideraciones, particulares a la situación costarricense entre otras de índole técnico, que no es posible comparar las cifras de desempleo de nuestro país con las de la región. Esta es un imprecisión metodológica que no es menor. Pero en lo que sí se coincide es en la tendencia a la baja del desempleo, que en nuestro país es algo viene sucediendo en los últimos 18 meses.

Pero hay otros datos importantes, algunos de los cuales revelan cambios importantes en la configuración del mercado laboral costarricense. En el año 2012 se perdieron 8,625 empleos en el sector primario y 6,083 en el secundario. Pero se crearon 97,078 en el sector servicios, confirmando, no solo una transformación que ha venido experimentando nuestra economía en los últimos años, sino además que la fuerza de trabajo costarricense ha podido adaptarse a ese cambio.

En relación al subempleo, los datos indican que existe una relación bastante directa entre la gran cantidad de mujeres que salieron a buscar trabajo y el aumento en la ocupación en el sector comercio. El análisis sugiere que se trata sobre todo de mujeres jóvenes que ante la expectativa económica positiva deciden participar en el mercado laboral, encontrando sobre todo espacio en el sector comercio, en jornadas parciales. Hablamos mayoritariamente de personas que están sumando un ingreso adicional a sus hogares, no de cabezas de hogar. Sin embargo, este es un grupo que requiere contar con posibilidades para optar con mejor preparación que permita aspirar a mejores puestos de trabajo.

Aquí es importante hacer notar que el Gobierno ha venido impulsando políticas que mejoren la empleabilidad, como el fortalecimiento de la educación técnica que ha venido realizando el MEP con la apertura de 60 nuevos colegios de este tipo, que beneficia a casi 10,000 estudiantes; las conversaciones sostenidas con las universidades para que se elaboren planes de estudio en carreras de gran demanda laboral, y el trabajo del INA, que de la mano con organizaciones empresariales ha venido abriendo opciones para capacitación técnica. A esto habría que sumarle los programas que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ha venido ejecutando para enfrentar el desempleo juvenil y el tema  de los jóvenes que ni estudian ni trabajan, como el programa Empleáte. Y no se puede olvidar el programa Avancemos, absolutamente pertinente cuando se evidencia en la ECE que el desempleo azota mayoritariamente a quienes tienen secundaria incompleta.

Finalmente, el que los costarricenses tengan la posibilidad de tener un trabajo es importante no solo por razones de dignidad humana, sino porque permite aumentar sus ingresos y de esta manera mejorar su condición de vida. Y eso es lo que ha venido pasando. Según la Encuesta de Hogares del 2012, estimulado por este dinámico mercado laboral, el ingreso promedio de las familias costarricenses creció por encima de la inflación. Eso permitió que por primera vez en cinco años disminuyera la pobreza. De esa manera se cierra el círculo virtuoso crecimiento económico-creación de empleo-aumento del ingreso familiar-disminución de la pobreza que aspira impulsar todo Gobierno. Esto nos confirma que vamos por el camino correcto y hoy Costa Rica avanza.

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