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martes, 8 de diciembre de 2009

Para leer encuestas y la posibilidad de una segunda ronda

A la hora de interpretar encuestas deben considerarse algunos elementos que nos den un nivel razonable de certeza para extraer conclusiones correctas. Entiendo que hay lecturas interesadas y que mucho de lo que algunos dicen sobre algunas encuestas son más deseos ocultos que apreciaciones objetivas, pero asumamos que ciertas cosas que se han dicho son producto del desconocimiento y no de una intención específica.

Es importante recordar que para que sea necesaria una segunda ronda en las elecciones la condición es que ninguna de las personas postuladas obtengan más del 40% de los votos "válidamente emitidos". Esto significa que el cálculo se hace con respecto a la cantidad de votantes que participaron en las elecciones, excluyendo a quienes no emiten su voto.

Dada la anterior premisa, cualquier valoración sobre la posibilidad de que se celebre una segunda ronda electoral debe partir de la cifra de quienes expresan su deseo de ir a votar, excluyendo a quienes manifiestan su intención de abstenerse. Si estos últimos son incluidos, la conclusión a la que se llega estará viciada metodológicamente, al menos para ese conjunto de datos.

Las reflexiones precedentes las hago a la luz de la última encuesta de la Escuela de Estadística de la UCR, que le ha servido a algunas personas y medios para afirmar que la segunda ronda es muy probable. Lo cierto es que si los datos de esta encuesta son analizados a partir de las consideraciones hechas anteriormente, parece excesivo que pueda llegarse a esta conclusión, dados los porcentajes de intención de voto que resultan al considerar la cifra de los potenciales votos "válidamente emitidos".

Por supuesto que los números pueden cambiar y tampoco es posible descartar completamente la posibilidad de una segunda ronda. Pero por lo menos la evidencia cuantitativa que presenta la encuesta en cuestión no parece reforzar esta tesis.

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