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sábado, 19 de enero de 2013

Yo sí tengo derechos, aunque no debería tenerlos

Yo no debería tener derecho a visitar a mi esposa en el hospital, porque no podría ser considerado familiar cercano. Tampoco debería haber podido construir mi casa, porque el banco no debería haber aceptado que mi esposa y yo fuéramos codeudores para poder pedir un préstamo. Mi esposa no debería ser beneficiaria de seguros o mutualidades, o tener la posibilidad de tomar decisiones por mí en caso de enfermedad.

Resulta que me he casado dos veces. La primera vez lo hice por la Iglesia, por lo que mi matrimonio actual no es reconocido como válido. Pero, aunque no debería tener esos derechos, los tengo. Y la única razón que aparentemente existe para justificar que los tenga, es que soy heterosexual. Pero no dejo de pensar que los argumentos que oigo para oponerse a la aprobación del proyecto de sociedades de convivencia podrían aplicarse perfectamente a mi caso.

Ojalá que ahora que se va a reiniciar la discusión de este tema en la Asamblea Legislativa por fin se de el paso de reconocer derechos a un segmento de la población que actualmente no los tiene. Porque de eso es lo que se trata este tema, de derechos que deben ser para todos. Incluso para los que nos hemos casado dos veces.

2 comentarios:

Andrea dijo...

Me da satisfacción ajena que, como una de las figures importantes de este gobierno, se haya manifestado públicamente en un tema donde la gran mayoría se escudan en un cómodo (para ell@s), cobarde y dañino silencio. Como sociedad, tenemos tod@s el mejor interés de cubrir todas las individualidades con la más amplia definición de derechos humanos. Como gobierno, se tiene la responsabilidad de llevar el principio de igualdad a la práctica de la institucionalidad. La soberbia de tratar de imponer nuestro particular estilo de vida sobre todos los demás, debe quedarse en las redes sociales, nunca en los poderes de la República. Saludos profe!

Abel Salazar dijo...

Querido Roberto, lo que planteás -y su resistencia al cambio- se deriva de un "mamarracho" jurídico provocado por seguir manteniendo en el país, un ESTADO CONFESIONAL...
Ésto es un escandoloso "horror" histórico que, debería ser corregido... Muy hábilmente, las jerarquías eclesiales nombran a tu jefa, "hija predilecta de la virgen" y "se la echaron a la bolsa"... Al igual que, en el caso de los homosexuales y otros, como el que mencionás, quienes no profesamos ninguna religión, exigimos que se separe y se elimine la ingerencia religiosa de nuestras instancias políticas y que nuestros impuestos se utilicen, exclusivamente para la gestión gubernamental, no para mantener a Iglesias, las que tampoco deberían estar exentas de las obligaciones tributarias de todos los "mortales"...

Saludos y gracias,

Abel Salazar