Posiblemente no hay un objetivo de
política social que concite mayor apoyo que el de reducir la pobreza. Este flagelo,
que como lo ha dicho Mouhammad Yunnus, es una construcción social y no un
estado natural, requiere de un esfuerzo interinstitucional sostenido, con el
objetivo de construir las condiciones necesarias para romper los círculos
viciosos reproductores de la pobreza. Este es un proceso que para exhibir
resultados requiere de tiempo, que permita a las personas contar con las
capacidades para lograr su inserción exitosa en el mercado laboral, que es la solución
permanente de la pobreza.
En muchos casos sin embargo, se necesita acudir
a los subsidios directos para atender necesidades básicas, sobre todo las de
los mas pobres. Se trata de un tema de subsistencia y que para ser efectivo
debe ir acompañado de la atención integral de patologías sociales como
drogadicción, alcoholismo y prostitución, mientras se espera que los objetivos
de mediano plazo se cumplan. El gasto de este tipo es inevitable, y está
siempre previsto en los presupuestos de la inversión social.
Pero, una cosa es ejecutar políticas
asistencialistas y otra sacar a la gente de la pobreza. En Costa Rica, que se
utiliza un nivel de ingreso familiar para determinar quien está por encima o
por debajo de la línea de pobreza, una transferencia económica puede aumentar
el ingreso familiar al punto que mediante este mecanismo se les saque de la pobreza.
Será, sin embargo, una condición temporal, porque, a menos que se quiera
actualizar permanentemente el monto del subsidio –insostenible para las
finanzas públicas-, eventualmente la inflación anulará el efecto económico de
la transferencia, con lo que la familia que la recibe volverá a caer en la
pobreza.
De ahí que hay que hacer una
diferenciación entre el objetivo de bajar la pobreza y el de bajar la cifra de
pobreza. Lo primero es complejísimo y requiere, además de todo lo mencionado,
de un entorno económico dinámico. Lo segundo es más fácil y puede obtenerse con
cierta rapidez y facilidad, pero no es sostenible.
Hago esta reflexión a la luz del objetivo
de reducir a la mitad la cifra de pobreza extrema planteado en el Plan Nacional
de Desarrollo. Como se estipula en el PND, las necesidades básicas que se
pretenden cubrir para lograr este objetivo se refieren a “alimentación, pago de
alquiler domiciliario, salud, vestido, enseres del hogar, servicios básicos y
otros” . Es decir, un subsidio directo para asumir esos gastos. El monto que se
otorgará sin duda terminará elevando el ingreso familiar de manera que superará
el umbral de la pobreza extrema, aunque probablemente no será suficiente para
salir de la pobreza.
Twitter: @robertogallardo
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