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domingo, 11 de septiembre de 2016

Vienen las encuestas

Los acontecimientos de los últimos días parecen dejar claro que ya arrancó el ciclo electoral en  nuestro país. Es un acontecimiento esperado, aunque, en este caso, bastante prematuro, pero explicable, dada la virtual desaparición del actual gobierno del escenario político nacional (“el gobierno ya cumplió con su parte”, dijo Solís el pasado 2 de mayo en la Asamblea, en un discurso con múltiples referencias al final de su gobierno, pese a haber llegado apenas a la mitad de su período).

Y con la contienda electoral, entre otras cosas, reaparecen las encuestas. Parece ser un buen momento para hacer algunas reflexiones sobre este tema, por las implicaciones que tiene  para la democracia costarricense.


Pese a lo que pudiera creerse, el verdadero valor de las encuestas se encuentra en la identificación de tendencias, mas que en lo que se ha denominado la fotografía del momento.  Lo que nos muestra una encuesta en un momento dado es provisional, sujeto a confirmación en el tiempo.

Pero, enfrentadas a una cultura política en transformación, con una ciudadanía extremadamente reservada para expresar sus opiniones, sobre todo en cuanto a temas políticos se refiere, las encuestas han venido teniendo problemas para recoger información que permita revelar esas tendencias.
Lo anterior es particularmente cierto respecto a intención de voto. Las elecciones parlamentarias en España y Gran Bretaña, así como el “Brexit”, tuvieron resultados que, aunque las empresas encuestadoras hayan querido explicar, fueron, en el mejor de los casos, sorpresivos.

Pero no debemos ir lejos. Aquí en nuestro país las encuestas anduvieron dando palos de ciego, hasta que el aluvión del PAC prácticamente se había materializado. Todo esto podría ser solo una preocupación académica sobre un instrumento que ha sido fundamental en la investigación social, si no fuera porque en Costa Rica el cuestionamiento de la validez de las encuestas tiene otras connotaciones, que agregan una dimensión adicional al tema.

El primero tiene que ver con la confianza, ese valor cada vez mas escaso en la democracia costarricense. Los errores en las encuestas no son vistos como una limitación metodológica en un momento de transición en la cultura política, sino como parte de un esquema de manipulación mas vasto, del que las encuestas son parte. El error, se concluye, no es involuntario, es un intento de engañar a la gente, mostrando resultados que desalientan a algunos y estimulan a otros.

Para enfrentar esto, hay que establecer algunos principios básicos. Además de tener como requisito la inscripción previa de la empresa o institución encuestadora en el Tribunal Supremo de Elecciones, se debe solicitar a estas empresas e instituciones que al publicar los resultados de una encuesta, pongan a disposición del público toda la información técnica y metodológica correspondiente, así como la base de datos resultante.

Esto último es claramente polémico: quienes pagan la encuesta van a querer tener exclusividad de los resultados, pero el momento de desconfianza ciudadana exige sacrificios inéditos: preocuparse ahora por la propiedad de una cosa de tan poco valor, podría terminar siendo una preocupación por cosas realmente valiosas en el futuro.

El otro ámbito que deber ser valorado, es el de la utilización de las encuestas como parámetro para determinar los niveles de financiamiento de las campañas electorales. Basados en la intención de voto que se muestra en las encuestas, los bancos determinan cuanto “le prestan” a los partidos en las campañas, y el ritmo de los desembolsos.  Es válido preguntarse si con las limitaciones que muestran las encuestas, este sigue siendo un mecanismo válido para algo tan delicado.

Ya no se trata solo del riesgo que puede representar para los bancos prestar plata de esta manera, sino además de las distorsiones que el financiamiento basado en encuestas puede introducir en los procesos electorales, reforzando o debilitando las posibilidades de algunos partidos, como resultado de un panorama electoral incierto reflejado de manera inexacta.

Este es el momento propicio, antes de que se caliente mas el ambiente electoral, para adoptar las medidas necesarias para situar en una perspectiva correcta un instrumento que ha adquirido una relevancia que no puede ser ignorada en las democracias contemporáneas.



Twitter: @robertogallardo

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En el episodio 36 de Cafe Futbol CR, Alvaro, Alberto y Leo comentan sobre el inicio de la hexagonal rumbo a Rusia 2018. 

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