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jueves, 3 de junio de 2010

Artículo de la Arq. Jimena Ugarte de Stagno, Madre de Bruno

A MI HIJO LO DEFIENDO YO.
Arq. Jimena Ugarte de Stagno

En vista que nadie ha defendido a mi hijo, lo haré yo; se lo merece. En estas situaciones de cacería mayor las familias son las más afectadas.

Mi hijo, el flamante ex Canciller de la República, quien ha servido al país por 14 años intachables, ha sido y será un ser de excepción, con cualidades y competencias que lo distinguen. En sus 40 años nunca ha dado motivos de preocupación o vergüenza sino todo lo contrario. Como las águilas, ha volado alto, ha sido intrépido, posee una cultura universal amplia y sólida, una comprensión del mundo y una capacidad de análisis privilegiada, es humilde, y extremadamente respetuoso y responsable. Creo sin embargo, que todos estos maravillosos atributos son su peor enemigo pues las aves rastreras y carroñeras que vuelan bajo y en círculos, no soportan su hidalguía porque les hace reflejar su bajeza y mediocridad.

Con respecto al tema en los tabloides del momento, el mal llamado “auto nombramiento”, no sólo refleja lo anteriormente dicho, sino una total ignorancia y ligereza en el análisis de los hechos. Todos los jerarcas, periodistas y diputados que externaron criterios, lo hicieron sin haber leído un expediente, sin entender cuál es realmente el procedimiento correcto, y por supuesto sin un sano juicio. Veamos:

El 2 de marzo del 2010, doña Laura Chinchilla presentó públicamente “su primer nombramiento”, el cual consistió en el nuevo Canciller y en el nuevo Embajador en Naciones Unidas. Este acto fue ampliamente cubierto por periódicos y programas televisivos. Por lo tanto fue doña Laura quien lo escogió y nombró.

Posteriormente al acto de nombramiento del 2 de marzo, La Cancillería emitió un documento para que el Consejo de Gobierno lo ratificara. Por mandato constitucional sólo el Consejo de Gobierno tiene potestad para nombrar o quitar Embajadores. Este documento elaborado por la Dirección Jurídica de La Cancillería, era la solicitud de nombramiento colectivo de muchos embajadores, y entre ellos, el futuro Embajador ante Naciones Unidas. Esta solicitud, debía ser firmada por el Canciller en función que resultaba ser el próximo Embajador. Y éste ha sido el señalamiento del periodista. Esta solicitud de nombramiento en ningún momento fue señalada como ilegal o improcedente por la Dirección Jurídica de la Cancillería o de la Casa Presidencial. Bruno Stagno además, no estuvo presente en el Consejo de Gobierno que vio los nombramientos.

Sin embargo, un amateur de periodismo, quien tiene a su cargo la columna política de La Nación, ha perseguido y acosado en permanencia al ex Ministro (es cosa de revisar los periódicos), nunca ha informado por ejemplo que Bruno fungió como Presidente de la Corte Penal Internacional por tres años, que ahora es Vice Presidente con otras nueve autoridades del más alto rango internacional del Comité Asesor de esta misma Corte, que ha sido el “perfil ideal de estudiante” de Princeton University, entre muchas otras distinciones y logros. Este aprendiz, repito, logró su bajo objetivo porque los jerarcas encargados de defender al Canciller no fueron capaces, o no tuvieron la valentía de hacerlo y prefirieron seguir el juego periodístico, a la caza de protagonismo y futuros votos. La política es así: un juego permanente de oportunismos, donde la lealtad no existe.

Me imagino que Alvaro Murillo se sentirá orgulloso de su desafortunado triunfo y pensará que esta nueva cacería le concederá un nuevo Premio de Periodismo como lo fueron anteriormente los bonos chinos (premio que nunca entendí). ¿Se habrá percatado que existe un segundo informe legal de la Dirección Jurídica de la Cancillería? ¿Informará algún día sobre el mismo?

Lamento que el país por segunda vez pierda a un joven y brillante cerebro. El primero lamentablemente fue Kevin Casas, quien pudo haber sido de gran aporte para el gobierno anterior y ahora lo capitalizan los norteamericanos y ahora le tocó a Bruno Stagno Ugarte.

Agradezco el apoyo de don Oscar Arias, don Rodrigo Arias, don Abel Pacheco y del doctor Edgar Mohs, quienes no tardaron en externar su solidaridad e indignación. Curiosamente los cuatro han sido sus empleadores….

Quiero terminar con las palabras del doctor Oscar Arias Sánchez, en su despedida al Cuerpo Diplomático el 13 de enero del 2010.: “Hoy quiero agradecerle a un diplomático en particular, un diplomático que constituye mucho más que mi mano derecha en materia de política exterior. Es uno de mis más sabios consejeros y un amigo incondicional, cuyo talento extraordinario y notable inteligencia, hacen que Costa Rica sea objeto de envidia en las Cumbres internacionales. Quiero dejar constando aquí, y frente a todos ustedes, que Bruno Stagno es una de las principales razones por las cuales este pueblo ahora ha vuelto a sentir orgullo de su país en el escenario mundial”

Respuesta a los comentarios sobre tema Bruno Stagno

Una rápida respuesta a algunas de las preguntas planteadas en los comentarios a mi artículo "El nombramiento de Bruno Stagno":

- La fecha en que se nombró a Bruno es irrelevante si el Gobierno entrante estaba de acuerdo con el nombramiento. Y doña Laura y don René habían expresado públicamente su deseo de nombrar a Bruno en la ONU. Así que no hay ninguna mala intención ni el deseo de imponerle nada al nuevo Gobierno, simplemente la concreción de un deseo expreso de la Presidenta.

- Reitero, el nombramiento lo hizo el Consejo de Gobierno, quien es el facultado para hacerlo. Lo que Bruno hizo fue firmar el acuerdo de nombramiento, ejecutando la voluntad del Consejo. Esa es una omisión, pero no significa una transgresión ética ni que Bruno se "autonombrara", como lo siguen manteniendo algunos periodistas. No hay abuso de poder si no se tiene el poder de nombrarse. No puede haber conflicto de intereses por ejecutar un acuerdo de un órgano superior. Lo que hay es una omisión de tipo administrativo que estoy seguro era subsanable, tal y como lo expresa el actual Canciller.

- El nombramiento de Jorge Urbina ante los organismos internacionales acreditados en Holanda (ratificado por el actual Gobierno, lo que confirma que no hay ninguna irregularidad en el mismo), no se hace para "acomodar" a Bruno. A Jorge se le vencía el nombramiento ante la ONU si mal no recuerdo el 1 de junio, por lo que igual había que nombrar un sustituto. Y la Presidenta y el nuevo Canciller expresaron su deseo de que el que ocupara ese cargo fuera Bruno. Por eso el Consejo de Gobierno lo nombra.

Lo que he querido es brindar información sobre los hechos. Hay errores de errores. Lo que hay es que poner las cosas en una justa perspectiva y no manchar la honra de una persona como Bruno Stagno por puro desconocimiento de lo que realmente sucedió.

martes, 1 de junio de 2010

Sobre el nombramiento de Bruno Stagno

Este tema es un ejemplo palpable de cómo a veces el desconocimiento puede generar opiniones equivocadas. Voy a tratar de poner algo de perspectiva en un tema que es delicado, sobre todo porque toca a una persona intachable y de una trayectoria impecable.

Bruno Stagno no se "autonombró", como han sugerido -e incluso afirmado con perversa seguridad- algunos. No pudo hacerlo. A los embajadores los nombra por ley el Consejo de Gobierno. Y el Consejo de Gobierno, sin la presencia de Bruno, valga la pena mencionar, ratificó por unanimidad su nombramiento. ¿Cómo no hacerlo si el exCanciller es un diplomático avezado y reconocido internacionalmente por su capacidad e integridad?

Estoy seguro que la mayoría de quienes tan ligeramente han acusado a Bruno de carencias éticas ignoran esto. Habrá otros que no tengan el beneficio de la ignorancia, sino que actúan malintencionadamente y se cobran deudas de esta forma tan rastrera. Pero lo cierto es que no hay abuso de poder ni nada por el estilo. Quienes conocemos a Bruno Stagno sabemos que es una persona intachable, íntegra y honesta.

¿Cuál es la falta? Una verdaderamente menor. Se acusa a Bruno de haber firmado la carta donde se solicita al Consejo de Gobierno cesar a Jorge Urbina como embajador ante la ONU, nombrarlo ante los organismos internacionales con sede en Holanda, y nombrarlo a él mismo como embajador ante la ONU. Esto último es una omisión de parte de Bruno porque habría sido mejor que la carta en cuestión firmara el Vicecanciller, pero no constituye ni por asomo una transgresión ética, pues la solicitud por sí sola no constituye el nombramiento, potestad reservada, como lo indiqué antes, al Consejo de Gobierno. Además se dice que él formalizó el trámite para concretar el acuerdo del Consejo de Gobierno. Igual, esto pudo haber sido firmado por el Vicecanciller. Pero no hay en esto más que descuido administrativo, nunca la intención de abusar de su puesto. Repito, el nombramiento fue hecho por el Consejo de Gobierno, no por el exCanciller.

No puede haber conflicto de intereses cuando las acciones que se señalan como causantes de la transgresión no son las que originan el "beneficio" para el acusado. Y aquí quien en definitiva realizó el nombramiento fue el Consejo de Gobierno.

Como nota adicional me parece muy desafortunadas las declaraciones del procurador de la ética en el periódico La Nación del día de hoy al adelantar criterio sobre un caso que no ha sido puesto a su consideración. Uno esperaría más mesura de quienes resguardan el cumplimiento de la ley.

Ojalá que por ignorancia, demagogia y maledicencia no privemos al país de un representante en el exterior del calibre de Bruno Stagno.