Este es un artículo que mandé a La Nación.
En días pasados La Nación informó y editorializó sobre los problemas que las municipalidades enfrentan para darle mantenimiento a las carreteras y caminos en sus cantones. La situación no es nueva, es sumamente compleja, y requiere un esfuerzo concertado entre diferentes instancias para enfrentarla. En esta dirección, el Gobierno ha venido planteando algunas medidas con la intención de coadyuvar en la solución, en el entendido que problemas que se han venido acumulando por décadas requerirán un proceso que bien podría tomar un tiempo similar para que obtenga resultados significativos.
Las municipalidades enfrentan los mismos obstáculos para la ejecución de obras de infraestructura que enfrenta el Gobierno central, producto de un ordenamiento jurídico diseñado para controlar y no para facilitar la ejecución. Para los municipios la situación se agrava pues no siempre se cuenta con los recursos necesarios, tanto humanos como técnicos, que le permitan lidiar con esta maraña legal de manera efectiva y ágil. Y por esto requieren de apoyo.
En esta dirección, el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN) inició un proceso denominado de reconocimiento a la gestión municipal, que incluye la aplicación de un cuestionario que permitirá identificar áreas en las que las municipalidades tienen debilidades de gestión, como paso previo para realizar los procesos de capacitación e inducción necesarios para solventar esas debilidades. Este proyecto, realizado con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), comenzó con un plan piloto de 16 municipalidades este año, y para el próximo año se llevaría a cabo el trabajo en las municipalidades restantes.
Como complemento de lo anterior, en los primeros días de diciembre se firmará un convenio entre el proyecto de Fortalecimiento Municipal y Descentralización (FOMUDE) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED) para la creación del Instituto de Formación y Capacitación Municipal, que asumirá en gran parte la responsabilidad de ofrecer permanentemente la instrucción necesaria que le permitirá a los funcionarios municipales cumplir con sus responsabilidades de manera más eficiente y fluida.
Pero además del tema de la capacitación y la construcción de capacidades administrativas que permitan una mejor y más eficiente ejecución de sus presupuestos, es importante que las municipalidades tengan la posibilidad de articular el trabajo de las instituciones públicas en sus cantones. Para esto se publicó hace algunos días un decreto que crea los “Consejos Cantonales de Coordinación Institucional”, que se definen como como “órganos colegiados de coordinación y consulta del Poder Ejecutivo y de las instituciones descentralizadas con los Gobiernos Locales respecto de las políticas públicas necesarias para gestionar el desarrollo integrado y sostenible de cada cantón “, y que tendrán entre otras responsabilidades la de “elaborar un programa anual de coordinación y verificación del desarrollo y cumplimiento de las metas y programas establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo y en el Plan de Desarrollo Cantonal”.
En la práctica esto significa que las municipalidades pueden constituirse en un ámbito de coordinación interinstitucional, lo que redundará sin duda en una mejor acción pública a nivel local, no solo en relación con las carreteras y caminos, sino en todos los ámbitos relacionados con el desarrollo y mantenimiento de infraestructura.
Como se mencionó anteriormente, los problemas que enfrentan las municipalidades son de larga data. Medidas como las adoptadas, para ser efectivas, requieren de tiempo para generar cambios. En este sentido, vale la pena apostarle a la constancia en este y otros temas relativos al desarrollo nacional, y apoyar el trabajo de las municipalidades, pues no existe país desarrollado con gobiernos locales débiles.
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