A propósito de la celebración del 25 de
julio, parece oportuno reflexionar sobre algunos temas relacionados a la
provincia de Guanacaste, algunos recurrentes y otros mas coyunturales; algunos
muy particulares de la región, otros que se presentan también en otras zonas
del país.
Probablemente el problema mas apremiante
para Guanacaste es el del suministro de agua, sobre todo para las zonas bajas,
la llamada bajura. Dos factores, entre otros, se han conjugado para romper un
delicado equilibrio ambiental y social: la sobreexplotación de algunos
acuíferos, resultado del vertiginoso crecimiento de la demanda; agudizada además
por un cambio climático por el que por cierto los países industrializados
deberían meterse la mano a la bolsa, y colaborar con los países tropicales que
han venido sintiendo las consecuencias de su irresponsabilidad.
Esta situación ha evidenciado algunos
hechos que vale la pena discutir. Dado su papel en las zonas rurales, ¿están
las ASADAS preparadas para manejar esta tensión de equilibrar la protección de
las fuentes, con la necesidad del desarrollo de las zonas mas pobres del país?.
Para ilustrar esta preocupación, puedo
citar como ejemplo la ASADA de Potrero en Santa Cruz, que decidió hace tiempo
no otorgar mas autorizaciones de agua para la construcción de nuevos
desarrollos inmobiliarios . El argumento es que no hay agua, según lo demuestra
un estudio con el que cuentan, elaborado por un consultor contratado por ellos
mismos. Los potenciales desarrolladores refutan este estudio con los propios,
contratados a sus especialistas. Ante la propuesta de ejecutar un tercer estudio
con una universidad pública, que zanje la discrepancia de manera definitiva, la
respuesta de la ASADA ha sido tajante: no se necesitan nuevos estudios, y
aunque se demuestre que hay disponibilidad de agua, no se va a cambiar de
opinión.
La posibilidad de generar empleo en la
zona no es suficiente aliciente para los celosos administradores de la ASADA,
quienes con esta posición convierten el agua en un recurso de poder, excluyendo
cualquier discusión del agua como recurso de desarrollo.
Esta tensión entre el tema ambiental y
las necesidades de desarrollo es recurrente en el país. El Índice de Desarrollo Social elaborado por MIDEPLAN en el 2013, mostraba que alrededor de las zonas
protegidas en Costa Rica se concentra la población mas pobre del país. Puede
haber relación entre una cosa y la otra, o podrían ser otros elementos los que
expliquen este fenómeno, pero en Costa Rica hemos llegado al punto en que cuestionarse
cosas como estas no es políticamente correcto.
Otro ejemplo que ilustra esta tensión es
la proliferación de cocodrilos en zonas turísticas, que ha generado ataques a
seres humanos, el mas reciente ocurrido en Tamarindo en la semana precedente al
25 de julio. Desde ya hace varios años algunas organizaciones de hoteleros han venido advirtiendo sobre esta situación, y la respuesta de las autoridades
refleja con claridad su visión sobre el tema: no hay sobrepoblación, lo que hay
es un “conflicto”, que debe ser “cuidadosa y prontamente enfocado”, y que surge
de la ampliación de la actividad humana hacia zonas en donde habitan los
reptiles.
Pero lo cierto es que avistamientos de
cocodrilos en las playas de Jacó, Herradura, Hermosa de Garabito, Manuel
Antonio, Tamarindo y hasta Puntarenas centro, no parecen ser resultado de la intrusión
de los seres humanos en los hábitats
tradicionales. En todo caso, aparecería urgente hacer algo mas que “enfocar”
cuidadosamente el conflicto, pues se trata de la protección de vidas humanas y
de fuentes de trabajo.
Como tema al margen, la ansiedad que el
gobierno exhibe respecto a su propio legado, pasada ya la mitad de su período, aparentemente
está siendo difícil de manejar, y tiene resultados muy particulares.
Evidenciado el recurso de apropiarse de la obra de otros gobierno para
presentarla como propia, ahora Solís recurre al argumento de comparar lo hecho
con otros gobiernos. Así lo hizo en Guanacaste, en los días previos a la
celebración del 25 de julio, sin mencionar, por supuesto, información concreta
para respaldar su alegre aseveración.
Los gobiernos deben ser evaluados
respecto al cumplimiento de lo que se prometió hacer; eso es lo que define un
legado y un cuño distintivo. Al compararse con otros, Solís evidencia una idea
de su propia responsabilidad que es el signo definitorio de su gestión: la
imposibilidad de acudir a las obras propias como recurso para construir una
imagen. En el fondo, la imposibilidad de cumplir lo que desbocadamente se
prometió en campaña. Es decir, en el no es lo mismo verla venir que bailar con
ella, que es a la postre lo que mejor define al gobierno que cualquier otra
cosa.
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Una nueva edición de Cafe Futbol CR, esta vez con temas relacionados a la salud de Anthony Vargas y el inicio del campeonato nacional. Producción de Alvaro Gallardo, Alberto Alfaro y Leo Pandolfi.
1 comentario:
Sin lugar a dudas estimado don Roberto, el tema sobre de ¿de quién es el agua en Costa Rica? nos deja ante una respuesta muy ligera y decir que es pública; es decir del Estado; pero efectivamente nos topamos con situaciones en donde no se puede responder de manera tan ligera.
Es precisamente el tema de la gobernanza del agua en el país uno de los que debe ocupar la agenda pública; sobre todo en un momento en donde se genera un pseudo debate sobre la conveniencia o no de aprobar una nueva les de aguas.
Juan Carlos Mora
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