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domingo, 26 de junio de 2016

El MOPT y la embajadora

Gobierno tiene 0% de avance en 9 grandes obras financiadas con préstamo”, informa en primera plana el diario La Nación, en su edición del pasado 22 de junio. En el cuerpo de la noticia, el medio señala que “Trabajos están varados porque el MOPT se atrasó con los preparativos para ejecutar los proyectos; ministro de Obras Públicas alega que este ritmo de trabajo es normal”. La noticia, dirán algunos, es recurrente, y confirma, una vez mas, la desesperante negligencia y desidia de los responsables, quienes actúan sin ninguna consciencia de la urgencia que tiene construir las obras que están atrasando.

Pero la noticia permite evidenciar algunas otras cosas. Primero, no tenemos suficiente información como para valorar si es o no un ritmo “normal” de trabajo. Lo mas que se dice es que, en opinión de la Contraloría General de la República, el atraso es atribuible a “… a la lentitud del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) en el cumplimiento de las condiciones previas para el desembolso del dinero: la creación de una unidad ejecutora del crédito (la cual se concretó en marzo del 2016) y el establecimiento de un fideicomiso de administración, lo que aún está en proceso”.

Pero eso que se expresa fácil, no es fácil de concretar. Un programa de inversiones  de esta magnitud requiere de la elaboración de complejísimos carteles de licitación, labor para la que el MOPT no cuenta con suficientes abogados e ingenieros, como para hacer de este un proceso fluido. Proceso que además es acometido con gran cuidado por los responsables, conscientes que incluso un error involuntario puede terminar en el escarnio público, sino en acusaciones penales.

Otro elemento es la necesidad de contar con diseños para poder hacer esas licitaciones. Los diseños funcionales no se comienzan a hacer sino hasta que se aprueba el préstamo, por lo que el tiempo de su elaboración es ineludible . ¿Por qué no se hacen estos diseños desde antes? Porque por ejemplo en el caso de este préstamo, la Asamblea Legislativa tenía que aprobar, además del préstamo mismo,  el proyecto específico y las obras que se iban a desarrollar. Así  que no tenía sentido gastarse una importante cantidad de tiempo y dinero si existía la posibilidad de que la Asamblea cambiara el proyecto.

Súmele a todos estos factores un ordenamiento jurídico que permite apelaciones irrestrictas en todas las etapas de la contratación, así como los requisitos propios de las instituciones financieras que prestan los recursos, y tendrá una perspectiva mas realista de la dificultad que tiene el MOPT para ejecutar un préstamo de esta magnitud. Cuando se conocen estos elementos, ausentes en la nota periodística, la valoración del trabajo de los funcionarios se hace desde una perspectiva mejor informada. Puede que se siga pensando igual, pero por lo menos no será sobre la base de información incompleta.

Es algo que pasa a menudo, recibimos información que lleva a conclusiones fáciles, que reflejan una realidad sencilla en donde todo sucede o no dependiendo exclusivamente de la voluntad personal. Nada más alejado de lo que sucede cotidianamente en la administración pública.

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Hecha la reflexión anterior, cabría preguntarse si entonces el gobierno se enfrenta a una injusta valoración de su trabajo porque, si el tema pasa más por factores objetivos –las carencia profesional, las leyes y los procedimientos-, no puede haber una responsabilidad objetiva del gobierno y sus jerarcas.

Pero aquí el problema es mas bien otro. El caso del nombramiento de la Embajadora en República Dominicana sirve para ilustrarlo con claridad. Se trata de una persona que evidentemente reúne todos los requisitos legales, profesionales y de idoneidad necesarios para desempeñar el cargo. Pero resulta además que es la madre de la Jefa de Despacho del Canciller, quien es el responsable de su nombramiento.

El canciller, que por cierto no parece manejar bien la crítica y califica la noticia como “…un intento más de desprestigiar la transparencia en el ejercicio de la función pública de esta Administración y, en el caso de hoy, el desempeño de mis funciones como canciller" según escribe en su pagina de Facebook, ha salido a defender el nombramiento, no solo mencionando los atestados de la señora Zúñiga, sino además  sus potestades  para nombrar embajadores. El que sea la mamá de su Jefa de Despacho (la que de paso es colega en el bufete en el que los dos trabajan cuando no están en labores de gobierno), afirma indignado el señor González, no es relevante.

Visto de manera objetiva, el ministro parece tener razón en defender su actuación. Pero, y esta es la clave, no puede obviar que forma parte del gobierno de un partido que cuando fue oposición criticó sin miramientos este tipo de nombramientos. El canciller, por mas que venga de otro partido político, no está exento de la obligación de la coherencia. Y eso es lo que se le cobra a él como parte de este gobierno.

Es lo mismo con el MOPT. Se está pagando el precio de haber prometido cosas desde la ignorancia, y de confundir ética con oportunismo electoral. Es tiempo de asumir las consecuencias de las expectativas infladas y el la utilización política del tema de la ética.

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Como siempre, una invitación para que escuchen el podcast de Café Futbol CR. Esta semana con un interesante análisis del calendario del próximo campeonato de la primera división costarricense, la que por cierto sigue mostrando rasgos artesanales que uno creería ya deberían haber sido superados

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