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miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Pagó OAS las expropiaciones que el Gobierno acordó reemborsarle?

Con este sugerente título, el Semanario Universidad informa los resultados de una investigación que llevó a cabo este medio sobre el tema de las expropiaciones hechas como parte de la construcción de la carretera San José - San Ramón.  Se incluye una larga entrevista conmigo, la cual se transcribe parcialmente como parte de este reportaje, la que sin embargo no parece haber sido escuchada con atención por los periodistas que la hicieron.

¿Quién pagó las expropiaciones en la vía San José - San Ramón? CONAVI, el Consejo Nacional de Concesiones y un fideicomiso establecido para contar con recursos para pagar a los propietarios. A este fideicomiso tenía que contribuir la concesionaria de ese momento, que era Autopistas del Valle, no OAS. Del fideicomiso salían los pagos a los dueños de los terrenos, pero salían a nombre del Estado o alguna de las instituciones públicas mencionadas, NUNCA a nombre de la concesionaria. Y no podían salir a nombre de la concesionaria porque entonces la propiedad de esos terrenos sería de Autopistas del Valle y no del Estado. Por eso aparecen el CNC y CONAVI como las entidades que pagaron las expropiaciones y por eso NUNCA aparece el nombre de Autopistas del Valle ni de OAS como las que pagan.

¿Cómo sabemos cuánto dinero puso la concesionaria en el fideicomiso de expropiaciones? Del examen que hicieron, tanto la supervisora del contrato como la gerencia del proyecto, de los estados financieros de la concesionaria auditados por la firma Deloitte. No se trata de una cifra antojadiza, arbitraria y sin fundamento, sino producto de una auditoría hecha por una compañía de gran prestigio y analizada rigurosamente por la empresa supervisora del contrato así como por la gerencia del proyecto, ambas instancias contratadas por el Consejo Nacional de Concesiones. Creer que cifras como estas se pueden definir sin sustento legal y documental es ignorar como funciona la administración pública.

¿Por qué no se tiene los montos de cada una de las expropiaciones pagadas con recursos del fideicomiso? Porque los expedientes de cada una de las expropiaciones -así como todos los documentos relacionados con esta concesión-, que es de donde se puede obtener esa información, se encuentran en poder del Ministerio Público, incautado ante la infundada denuncia de una persona sobre la cual el Ministerio Público tiene la obligación de actuar. Pero la información este ahí y vamos a hacer la gestión para poder obtenerla, dado que el medio no hizo ese esfuerzo que habría resultado bastante esclarecedor.

¿Es cierto que no se contó con documentos de respaldo que certifiquen que esos pagos se hicieron en las 34 propiedades que fueron pagadas con el fideicomiso en el momento de la negociación del acuerdo conciliatorio? La cifra del aporte de la concesionaria al fideicomiso de expropiaciones ya se había aceptado como válida, sustentada en el análisis que la supervisora y la gerencia del proyecto hicieron a los estados financieros auditados por Deloitte en el 2009, como parte del proceso de definir las inversiones realizadas y no amortizadas por Autopistas del Valle. Este análisis se realizó en un momento en que parecía que no iba a ser posible seguir adelante con la concesión y se trataba de determinar cuáles serían los reintegros que debía hacer el Estado a la concesionaria para finiquitar el contrato, pero además sirvió como base para la negociación de la posterior cesión del mismo a OAS.

¿Hizo OAS algún pago por expropiaciones? Lo que hizo OAS fue pagarle a Autopistas del Valle, como parte del proceso de cesión del contrato, lo que el Consejo Nacional de Concesiones, con base en el informe de la supervisora y la gerencia del proyecto a partir de los estados financieros auditados por Deloitte, había aceptado ya como el monto que Autopistas del Valle había aportado al fideicomiso de expropiaciones. Ahora que se decide terminar el contrato de concesión con OAS, el Estado lo que está haciendo es reintegrando a OAS lo que le pagó a Autopistas del Valle, y que igual habría tenido que pagarle a ésta si no se hubiera cedido el contrato.

¿Por qué hay propiedades que aparecen como pagadas pero siguen a nombre de su propietario original? Cada caso debe ser analizado individualmente, pero muchas veces los propietarios no aceptan el avalúo que se hace de su propiedad y lo disputan en instancias judiciales. El Estado igual hace el depósito del monto determinado, pero no se entra en posesión de la propiedad hasta que se agote la vía judicial. Precisamente se presentó un proyecto de ley para permitir que el Estado entre en posesión de la propiedad una vez que hace el depósito inicial, aunque siga en disputa el valor calculado.

¿Hizo algún aporte OAS al fideicomiso de expropiaciones? No, porque para cuando se da la cesión del contrato las restantes expropiaciones se encontraban encaminadas, por lo que ya no era necesario. Cuando se dice que se está pagando $8,6 millones a OAS por concepto de expropiaciones, lo que se le está es reintegrando a OAS lo que le pagó a Autopistas del Valle por ese concepto, cifra que, como se mencionó anteriormente, fue determinada por análisis de la supervisora del contrato y la gerencia del proyecto hicieron de los estados financieros de Autopistas del Valle auditados por Deloitte.

¿Es cierto que el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio destruyó la documentación relativa al proceso de negociación del acuerdo conciliatorio? Lo ignoro. Pero si lo hizo, no lo hizo a solicitud de ninguna de las partes. Los procesos de conciliación deben ser confidenciales, y existe un prohibición expresa de hacer público incluso lo que se dijo en la negociación. Todos los que de alguna manera estábamos involucrados en este proceso, incluso tangencialmente, fuimos compelidos a firmar una declaración jurada comprometiéndonos a no revelar ningún detalle de la negociación (aunque el acuerdo conciliatorio en su totalidad es totalmente público). Las actas y demás documentos utilizados en el proceso quedan en custodia del Centro, el que debe tener protocolos establecidos para el tratamiento de esos materiales, siempre en apego a lo que establece la ley de Resolución Alternativa de Conflictos.

martes, 4 de febrero de 2014

El país que tenemos

En este período en el que se discuten -o al menos eso quisiéramos-, temas trascendentales para el futuro de nuestro país, deberíamos exigir que ese debate se lleve a cabo con el máximo rigor posible. Una premisa básica, para definir el país que queremos, es partir del país que en realidad tenemos.

Los procesos que conducen al desarrollo son complejos y de largo aliento. Para alcanzar niveles de bienestar generalizados, sostenibles y con equidad, requerimos diseñar políticas públicas que partan no solo de los objetivos que se trazan a futuro, sino además de una justa valoración de lo alcanzado. En ese balance en el análisis se encuentra la posibilidad de diseñar estrategias de desarrollo apropiadas y realistas.

¿Cuál es la Costa Rica de hoy? La pregunta no es retórica, pues de la caracterización que hagamos dependerá mucho la forma en la que debemos acometer las tareas del desarrollo. Partimos de la noción indisputable de que tenemos retos y carencias, que falta mucho por avanzar, sobre todo en materia de equidad. Pero sería irracional aceptar que el país es lo que algunos dicen que es: un resonante fracaso colectivo, una sociedad desgarrada en donde campea la pobreza, la inseguridad, el desaliento y el conflicto social.

La Costa Rica del 2014 no es, ni por asomo, la que los heraldos del apocalipsis dicen que es. Se entiende que algunos quieran crear tal sentimiento de desánimo que el electorado crea que cualquier opción da igual y por lo tanto se puede elegir a cualquiera, pero la verdad es otra. No se trata de juzgar la labor de Gobierno, sino de valorar en su justa perspectiva lo que hemos alcanzado como país, requisito fundamental para definir que es lo que queremos.

Lo cierto es, que, como dice el Decimonoveno Informe sobre el Estado de la Nación, en los últimos años “hubo progresos en la contención de la violencia social y mejoras importantes en los indicadores educativos y de salud”. Los avances en materia de seguridad ciudadana  ha hecho que el tema, de urgente preeminencia en la campaña del 2010, haya desaparecido del debate en la campaña del 2014. No podía ser de otra forma después que los asaltos se redujeran de 7,166 en el 2006 a 5,912 en el 2012, los robos a casa y locales comerciales de 19,778 en el 2006 a 16,377 en el 2012, y la tasa de homicidios se redujera dramáticamente de 11.5 por cada 100,000 habitantes, a 8,8 en el período del 2010 al 2012.

En el campo social, en el año 2012 la pobreza, medida por insuficiencia de ingresos, se redujo un 1%, la primera reducción en un quinquenio, y como parte de una reducción de 7% desde 1990. Pero cuando se mide  la pobreza por el método de Necesidades Básicas Insatisfechas, que refleja la eficacia de los programas sociales públicos, el Estado de la Nación, con base en el censo 2011, estima que el porcentaje de hogares con una o mas necesidades básicas insatisfechas se redujo de 36,1% en el año 2000 a 24,6% al momento del censo. Un 46% de los distritos del país experimentó mejoras en este indicador en esos 10 años, y solo un 1,3% un descenso.

Todo esto como resultado de un esfuerzo enorme que se ha venido haciendo desde el 2006 para aumentar la inversión social, desde un 16,8% del PIB en el 2006, al 23% en el año 2012, pese un déficit fiscal que habría llevado a otros precisamente a cortar esta inversión en aras de un equilibrio que ha probado ser letal para los mas necesitados en todo el mundo. Y esto en un entorno de inflación controlada, la menor en los últimos 36 años según la CEPAL.

Igualmente la inversión educación ha venido elevándose paulatinamente, pasando de un 5% del PIB en el 2006 a un 7,2% en el 2012. No es casualidad por ejemplo que el porcentaje de repitentes en educación tradicional haya disminuido de 9,6% en el 2006 a 7,3% en el 2012, o que la deserción intranual en secundaria haya disminuido de 13,2% en el 2006 a 11,1 en el 2011. Agréguese el aumento de la inversión en programas de salud, de 4,9% del PIB en el 2006 a 6,8% en el 2012, lo que ha generado que el año pasado el país redujera la tasa de mortalidad infantil, entre otros indicadores, a su nivel mas bajo de la historia, uno que nos sitúa al nivel de países desarrollados.

Ni hablar del desempeño del país en materia de exportaciones, de atracción de inversiones y de incremento del numero de turistas que nos visitan, actividades en la que el crecimiento ha sido sostenido desde el 2006.

Y no son solo los indicadores nacionales los que muestran que este país está muy lejos de ser el desastre que algunos quieren pintar. Desde afuera nos miran con admiración y resaltan una y otra vez nuestros logros. El Foro Económico Mundial califica al sistema educativo costarricense como el primero de Latinoamérica; además somos primeros en el Índice Global de Innovación de la Universidad de Cornell, en el Índice de Progreso Social del Social Progress Imperative, y en el Índice de Desempeño Ambiental de la Universidad de Yale.

Consistentemente, para desesperación de los apóstoles del pesimismo, el país se sitúa en los primerísimos lugares de mediciones alternativas de bienestar, lo que ha llevado que se considere a Costa Rica como uno de los países mas felices del mundo, dato ratificado por una encuesta de la UCR el año pasado, en la que 9 de cada 10 costarricenses se declaraba feliz. Esto en una sociedad que es primera en el Índice de Libertad de Prensa según la organización Reporteros sin Fronteras y cuarta en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.

Para definir políticas de desarrollo no debemos permitir que nos confundan. Para ser exitosos, debemos partir de la valoración precisa de lo que hemos alcanzado. Porque si el debate se basa en un país que no existe, podemos terminar con un país que no queremos.


viernes, 24 de enero de 2014

¡Ya déjennos en paz!

Vamos a ir a votar el 2 de febrero. Ya tenemos suficientes elementos para decidir. Hemos visto los debates, leído los programas de gobierno, escuchado las entrevistas. Ya conocemos la trayectoria de los candidatos, sus gustos personales, sus aficiones. Hasta conocemos a las posibles primeras damas. Con todo eso tomaremos una decisión o confirmaremos la que tomamos hace tiempo.

Dicho esto, queremos que nos dejen tranquilos. Si manifestamos públicamente nuestra predilección y no es igual la suya, no nos insulte, ni nos diga que somos estúpidos, engañados, corruptos o irresponsables. No trate de imponernos un criterio ético que usted considera superior, porque si tiene que tratar de imponerlo a la fuerza probablemente no lo sea. Si no nos hemos decidido, no nos acosen incansablemente, no traten de convencernos de que su candidato es el mejor que ha existido en la historia y que los otros son la peor camada de inútiles que haya parido esta tierra. No ofendan nuestra inteligencia con argumentos simplones y evidentemente absurdos.

Pero además, no diga que nos representa a todos. Nuestra sociedad es lo suficientemente diversa como para que nadie pueda creer que habla por todos. Ni siquiera que habla por una mayoría, porque en nuestro país hace rato que cuesta encontrar una. Todos los puntos de vista son atendibles. No me diga que alguien está descalificado a priori, porque en democracia nadie lo está.

Tenemos nuestros criterios para decidir. Puede que usted crea que hay otros mas valiosos, que los suyos son los mejores, pero respete los nuestros. Si quiere decirnos algo, sepa de una vez que la gritería histérica y la descalificación exaltada no son buenas estrategias. Si nos va a faltar el respeto, mejor no nos diga nada.

Ya falta poco. Por favor, ya déjennos en paz.




jueves, 16 de enero de 2014

Por favor, quiero que me expliquen

Quiero que me expliquen los resultados de las encuestas que se han venido publicando. Quiero que me expliquen por qué los datos que se han venido dando a conocer son tan distintos. No me interesa en este punto oir a analistas discutiendo el significado de los datos de cara a la elección, de las estrategias, o haciendo pronósticos de posibles resultados (que además pareciera no ser posible en este momento con información tan contradictoria), lo que quiero es que salgan los dueños y gerentes de las casas encuestadoras y nos expliquen como es posible que cada encuesta refleje una realidad diferente.

Quiero reportajes periodísticos describiendo en detalle las diferentes metodologías utilizadas, de manera que podamos explicarnos un poco mas los resultados. Quiero que me digan la composición de las muestras, los métodos de cálculo, las definiciones utilizadas, y que me las expliquen con calma. Quiero oír a los expertos de la UCR valorar las metodologías utilizadas y que nos expliquen las diferencias y que opinen sobre los estándares internacionales en el campo. Quiero que ante las dudas que nos surgen no nos vengan con respuestas simplistas ni argumentos de autoridad, del tipo "yo no trabajo para complacer a nadie" o "nosotros somos una empresa profesional". Eso no es suficiente explicación para nadie salvo para quien la da. Porque en este caso no solo los políticos tienen dudas, las tiene una buena parte del electorado.

La transparencia es fundamental en un proceso electoral. Y no solo de parte de los partidos políticos, candidatos o autoridades electorales, sino de todos lo que de una u otra forma inciden en este proceso.     Quiero que todos cumplan con su parte.

sábado, 4 de enero de 2014

Conocer mejor para decidir mejor

A raiz de un video tan emotivo como poco informado que publicó un grupo de estudiantes de Comunicación Colectiva de la UCR, y de la polémica que desató en redes sociales, he confirmado otra vez algo que he venido afirmando desde hace mucho tiempo: mientras no elevemos el nivel del debate público en Costa Rica será muy difícil que podamos afrontar efectivamente los retos colectivos que tenemos para el futuro.

Una confluencia de factores ha contribuido para que tengamos ese debate tan poco productivo. Primero, la primacía de lo intuitivo y lo coyuntural sobre la sistematización de datos como herramientas de conocimiento de la realidad. Es cierto que las cifras requieren de contextualización, pero de ahí a desestimar cualquier estadística porque se oponga a lo que yo quiero que sea esa realidad, es otra cosa. A menos por supuesto que las cifras confirmen lo que yo quiero que digan: se cita al INEC cuando el desempleo sube, pero se le acusa de "manosear" datos cuando, como pasó en el ultimo trimestre, el desempleo cae 1,4%. Si el conocimiento de la realidad está supeditado exclusivamente a las interpretaciones subjetivas, parciales, "de olfato", y si seguimos simplemente rechazando cualquier dato que sea contrario a nuestra percepción, aun cuando ese dato sea producto de estudios rigurosos, objetivos y profesionales, no vamos a ponernos de acuerdo nunca en la Costa Rica que verdaderamente tenemos y mucho menos en la que queremos

Segundo, la información incompleta que tenemos para forjar nuestras propias opiniones. A mí me sorprende lo poco que se informa y lo mucho que se opina en nuestro país, sin que se haga una diferencia clara entre una y otra cosa. Pero además he encontrado mucho desconocimiento sobre lo que se informa: parecería básico que quienes informan sobre política supieran algo no solo de política, sino del funcionamiento del estado costarricense, de sus instituciones y su ordenamiento jurídico. Igual para infraestructura, economía, educación, salud, etcétera. Solo con un conocimiento sistémico del objeto de cobertura se puede informar adecuadamente, creería yo. De lo contrario lo que se transmita será parcial, descontextualizado y, en no pocos casos, una opinión poco informada (y poco formadora) sobre hechos que son en realidad muy complejos.

Tercero,  algunos "formadores" de opinión contribuyen a bajarle el nivel al debate público. Los analistas, según entiendo yo esta responsabilidad, deberían educar a la gente, darle elementos para que comprenda mejor su entorno. Pero frecuentemente lo que encontramos es a personas que lo único que hacen es repetir utilizando lenguaje florido las opiniones mas comunes, de esas que se escuchan en programas en donde se opina de cualquier cosa, normalmente sin contradecir al anfitrión para seguir siendo invitado. O una reformulación sofisticada de lo que "el analista" supone que el periodista que le pone el micrófono o la grabadora quiere oír, como una forma de seguir figurando en medios, aunque sea para repetir elegantemente prejuicios sin fundamento o informaciones incompletas o falsas.

Cuarto, la falta de rigor intelectual disfrazada de independencia de criterio. Nada mas pernicioso que desde la academia se construyan argumentos falaces para poder apoyar ciertas tesis. El ejemplo es por supuesto el intento del que es ahora candidato a diputado de un partido de oposición, que se sacó de la manga una interpretación antojadiza y arbitraria de una definición de desempleo (además en desuso) para afirmar, sin siquiera sonrojarse, que el desempleo en Costa Rica es en realidad el doble de lo que dicen las estadísticas oficiales. A partir de ese momento y sobre todo en redes sociales (aunque en algunos medios también ), el dato oficial para algunos es este, siendo que es incorrecto. Si esas son las bases para el análisis, ¿como podemos aspirar a un debate productivo?

Es necesario devolverle la rigurosidad al debate público como requisito indispensable para adoptar las políticas que el país requiere. Si seguimos hablando de una Costa Rica en donde nada es bueno, en donde no hay que preservar, de una Costa Rica que no se apega a la realidad, vamos a tomar decisiones que nos van a llevar a una Costa Rica que no queremos. Estamos a tiempo de evitarlo.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Sobre acuerdo conciliatorio entre el Gobierno de la República y OAS

Algunas preguntas y respuestas aclaratorias en el tema de la conciliación para terminar por mutuo acuerdo el contrato de concesión de la carretera San José - San Ramón.

¿Por qué hay que hacer este reintegro a la compañía si no se hizo nada de la carretera?

Se reintegra dinero a la compañía porque incurrió en gastos para las actividades previas a la construcción de la carretera. Es igual que cuando se construye una casa: hay que pagar por planos, permisos, estudios, seguros y otros rubros que son requisito indispensable ante de empezar a levantar paredes. Eso fue lo que la concesionaria hizo desde el 2004 que se adjudicó la licitación para la construcción de la carretera.

¿Por qué se le paga a OAS y no a la anterior concesionaria, si fueron estos últimos los que incurrieron en las inversiones no pagadas?

Porque como parte del proceso de cesión del contrato, que fue refrendado por la Contraloría General de la República, OAS se hizo cargo de esa deuda. Ahora corresponde al Gobierno reintegrar esos montos.

¿Qué obtiene el país con este reintegro?

Los planos para la nueva carretera, pagados a un precio inferior al de mercado y que permitirán agilizar el proceso de construcción; los recursos utilizados por la concesionaria para la compra de terrenos (expropiaciones) necesarias para la construcción del corredor vial así como estudios varios indispensables para el avance del proyecto. Y mas importante aun, se libera la carretera de una obligación contractual que impide que se puedan construir nuevas obras.

¿Como se sabe que los gastos de operación que se están reintegrando son lo que dice la concesionaria?

Porque se presentaron estados financieros auditados por una firma internacional (Deloitte) y la empresa supervisora del contrato los certificó como correctos

¿Por qué pasó tanto tiempo sin que se hiciera nada en la carretera?

Porque en el contrato original se incluyó una cláusula muy ambigua que decía que para empezar a construir se tenía que haber completado las 299 expropiaciones requeridas. Eso no fue posible. Es mas, al día de hoy, casi 10 años después de haber empezado el proceso hay todavía 6 expropiaciones pendientes

Inicialmente la concesionaria había pedido $46 millones y no renunciaba al lucro cesante, ¿esto sigue así?

No. Se rebajó el monto del reintegro, y la concesionaria renuncia explícitamente a cualquier lucro cesante o indemnización por la terminación del contrato

¿Por qué se reintegró dinero si dicen que el contrato no es válido?

El contrato fue refrendado en dos ocasiones distintas por la Contraloría General de la República. No hay ningún pronunciamiento de ninguna instancia judicial o administrativa en la que se determine que existe algún tipo de nulidad en el contrato. Por lo tanto, es un contrato completamente válido y vigente, que impone obligaciones tanto a la concesionaria como al Gobierno.

¿Es cierto que se quemaron los papeles utilizados para negociar con la empresa?

Absolutamente falso. Toda la documentación utilizada en la negociación quedó en custodia del Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio, que fue la instancia en la que se llevó a cabo la conciliación.

¿Qué pasa si no se pueden concretar los términos del acuerdo antes del 15 de marzo?

El acuerdo queda sin efecto y las partes quedan en libertad de proceder conforme a sus intereses.

domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Entre los mas felices del mundo? ¡Desde hace tiempo!

Hace poco mas de un año, escribí en este blog sobre el tema de las mediciones alternativas de bienestar que se han venido elaborando en el mundo desde hace ya varios años, y en los que Costa Rica aparece regularmente en los primeros lugares. Estas mediciones quieren superar las limitaciones de indicadores como el PIB per cápita, utilizados como parámetro para medir el grado de progreso de un país, y mas bien tratan de centrarse en lo que debería ser el objetivo final de cualquier proceso de desarrollo: que la gente sea feliz.

Al momento de publicar mi entrada en el blog, la periodista Vanessa Loaiza del periódico La Nación encontró que mi reflexión sobre el tema no era apropiada para el momento que vivía el país en esos días y publicó una intencionada nota que desató a una gran polémica y me valió no pocos insultos y comentarios en redes sociales, algunos de los cuales fueron reproducidos por la periodista en su nota publicada en la edición impresa del día siguiente.

Eso motivó que hiciera una segunda reflexión sobre el tema en mi blog, en donde quise aclarar algunos elementos sobre todo metodológicos, con la esperanza de que se pudiera entender que lo que yo estaba diciendo no tenía nada que ver con el Gobierno, ni la percepción que tuviera la gente sobre la labor del Gobierno, y que el bienestar que la población costarricense siente, confirmado incluso meses después por una encuesta que hiciera a finales de año pasado la UCR, en donde 9 de cada 10 costarricenses se declaraba feliz, es un hecho objetivo que deviene de una serie de condiciones que nos hace una sociedad realmente particular y excepcional.

Por todo esto es que leo con gran satisfacción el artículo de Cristian Cambronero publicado en la Revista Dominical de La Nación titulado "La felicidad en serio". El artículo reconoce la seriedad de lo que se ha venido trabajando en materia de medición alternativa del bienestar,  y reivindica la felicidad, "entendida como el ansiado estado de bienestar  integral de la persona y de su comunidad" como un principio presente "desde la filosofía a la economía, de Aristóteles, a Russell, a Stiglitz pasando por Thomas Jefferson, que ya en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos planteaba la "búsqueda de la felicidad" como derecho inalienable del hombre".

La felicidad, "medida" a partir de un conjunto de indicadores diferentes a los econométricos, como reflejo del nivel de bienestar que una sociedad ha sido capaz de construir colectivamente, es un parámetro mucho más válido para la elaboración de políticas públicas que algunos de los que hemos venido utilizando. Algo hemos venido haciendo bien como sociedad para que Costa Rica aparezca una y otra vez en los primeros lugares de mediciones de felicidad.

Cambronero termina su artículo con la siguiente reflexión: "En nuestro caso, tal vez es hora de hacer las paces con el título de “el país más feliz del mundo” que, infelices, muchos asumimos con chota y sarcasmo en su momento. Y decidir el camino no solo a partir del ¿qué y cuánto vamos a ganar?, sino del ¿cómo nos vamos a sentir?"

De eso se ha tratado siempre. Y la incuestionable realidad, confirmada una y otra vez por diferentes mediciones de este tipo, es que Costa Rica regularmente se encuentra en los primeros lugares. Conscientes de los retos, de los errores, quejándonos sin cesar, pero felices. Y así somos desde hace tiempo, aun cuando a algunos, insisto, eso los haga infelices.