He leído con gran interés la columna Horizontes titulada “Inversiones perturbadoras”, en la edición de Página Abierta del 21 de abril. Al respecto, quisiera hacer algunos comentarios, con el objetivo de contextualizar los datos presentados, aprovechando la oportunidad para brindar información que espero sea relevante para una adecuada comprensión del tema.
El Plan Nacional de Inversión Pública 2009-2010 (PNIP), objeto del comentario de la señora Pifarré, es un producto del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). El SNIP puede definirse como un conjunto de procedimientos, metodologías y estándares que sirva para efectuar una sistematización de información que permita la definición de prioridades y el monitoreo de la ejecución e impacto de proyectos de inversión pública en el país. La idea que impulsa la creación de este Sistema es que se cuente con herramientas que permitan racionalizar la inversión pública, necesidad siempre apremiante en un país de recursos escasos como el nuestro.
Para la construcción del SNIP se recopiló información de mas de mil proyectos de inversión, con la que se conformó un banco de datos que permitirá retroalimentar adecuadamente los procesos de toma de decisiones sobre inversión pública. Paralelamente, se delinearon guías metodológicas, se definieron estándares para la formulación de proyectos, y se capacitó a decenas de funcionarios públicos para que funjan como enlaces del Sistema en sus instituciones, con la responsabilidad de mantener actualizada la información del banco de proyectos.
MIDEPLAN ha acometido esta tarea, que el Presidente Arias considera de importancia estratégica –no es casualidad que el último plan de inversiones que tuvo este país se elaborara en su anterior período presidencial-, en medio de un proceso de revitalización del papel del Ministerio en la vida nacional. En este contexto se optó por un proceso gradual de implementación de algunas herramientas como el SNIP; es por eso que se decidió incluir en este primer Plan únicamente 135 proyectos, seleccionados por su aporte a las metas del Plan Nacional de Desarrollo. Este primer PNIP constituye una experiencia piloto que permitirá valorar adecuadamente la efectividad de los instrumentos de control, verificación, monitoreo y evaluación de impacto que forman parte del Sistema, sin abrumar al Área de Inversiones del Ministerio, de reciente creación y responsable de estas labores, con una cantidad inmanejable de proyectos.
Los porcentajes que menciona la señora Pifarré en su columna se refieren entonces solo a una parte de la inversión pública, no a la totalidad de la misma. Pero sus preocupaciones son legítimas, por lo que vale la pena recordar algunas cifras relevantes, mas allá del Plan Nacional de Inversión. Los recursos para inversión social representan un 45,2% del presupuesto del 2009, siendo uno de los niveles mas altos desde la década de los ochenta. Se ha venido aumentando paulatinamente tanto la cantidad de beneficiarios como los montos de las transferencias que se otorgan en el marco de diversos programas de asistencia social. La Caja Costarricense del Seguro Social iniciará este año la construcción de 100 nuevos EBAIS en todo el país, y el Ministerio de Educación emprenderá un comprensivo programa de construcción, reacondicionamiento y reemplazo de infraestructura educativa. En el campo de la Seguridad, se ha hecho un enorme esfuerzo por elevar el número de efectivos policiales, para lo cual se han destinado recursos presupuestarios sin precedentes, pero estos se contabilizan no como inversión sino como gasto corriente. Y en el caso de la Cultura, el crecimiento de su presupuesto en el 2009 con respecto al 2008 fue de más de un 50%.
La solución de los problemas que el país tiene requerirán de un esfuerzo sostenido de inversión pública. En esto ha estado comprometido el Gobierno de la República, que desde el 2006 ha venido aumentando paulatinamente el monto de la inversión después de un período de decrecimiento.
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