En la edición nocturna de un telenoticiero se anuncia, con el sentido de urgencia con el que suelen hacerlo, una noticia de última hora, con transmisión en vivo incluida desde el Hospital Calderón Guardia: el paciente de 53 años internado en ese nosocomio y aquejado de la influenza humana AH1N1, "aparentemente" ha fallecido, dice jadeante la reportera que transmite desde la calle, con cara de circunstancia, pero en la que puede adivinarse la excitación de la supuesta primicia. Sin siquiera parpadear, menciona dos veces que esta es una información "sin confirmar". Y además, agrego yo, transmitida sin pensar.
Sin tiempo para salir de mi asombro por esta imprudencia imperdonable, se emiten las noticias deportivas, finalizadas las cuales la presentadora de la edición rectifica, casi que de pasada y sin darle mucha importancia, la información recién transmitida y dice que en realidad el paciente se encuentra "en estado crítico", después de lo cual, sin haber ofrecido siquiera un asomo de disculpa da por terminada la edición de noticias y se despide sonriente.
¿Y la familia del paciente? ¿Qué habrán sentido sus amigos y conocidos? ¿Cómo es que se puede ser tan irreflexivo e imprudente?
1 comentario:
Nuestros noticiarios televisivos hace mucho olvidaron la ética. No es raro que el periodista le pregunte a la madre que acaba de perder a su hijo ¿y cómo se siente ahora, al saber que su hijo murió?
¿Qué pasa? ¿Cómo es que el amarillismo se volvió más importante que el ser humano, sus sentimientos y su privacidad?
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