Ningún "post" en este blog ha generado tantas respuestas en Facebook como el que hice hace unos días acerca del caso de la diputada Maureen Ballestero y el famoso viaje en avioneta. Me lo imaginé. Sabía que mi opinión iba a resultar controversial, pero me pareció poco honesto no expresarla por cálculo o porque no fuera políticamente correcto hacerlo.
De entrada acepté que mi opinión en este caso tenía un sesgo por mi amistad con Maureen, pero sigo creyendo en lo que ella dijo por la razón que expuse. Entiendo que haya gente que no le crea, y que incluso crean que yo soy ingenuo por creerle. El tema de si es excesivo o no haber usado una avioneta para recoger un pasaporte olvidado es de no acabar y todas las posiciones son respetables . Pero el punto principal de lo que escribí no era defender a Maureen, sino rechazar que de este acto se deriven conclusiones excesivas que generalizan injustamente. Estoy convencido que el uso de los recursos del Estado es absolutamente válido, legal, y moralmente correcto cuando se hace para cumplir con responsabilidades laborales.
Es más, yo podría estar de acuerdo en aceptar que Maureen se equivocó en esta ocasión porque ir a traer un pasaporte parece muy poca cosa para utilizar una avioneta (aunque me pregunto, ¿en qué momento se justifica el uso o no?. Si además de haber recogido el pasaporte hubiese pasado a entregar unos bonos de vivienda, ¿se justificaría el viaje o no?. ¿Cuándo deja de ser aceptable? ¿Qué determina el límite entre lo aceptable y lo inaceptable?). Pero nunca aceptaría que de ahí se pueda concluir -sin ninguna información adicional- que los restantes 27 viajes que ella hizo también fueron cuestionables, o que todo uso de recursos del Estado por parte de funcionarios públicos es un acto de corrupción. Pero a eso hemos llegado en este país, a disparar primero y preguntar después.
En todo caso, agradezco todos sus comentarios. No hay nada más agradable para un "blogger" que lo que se escribe provoque debate, sobre todo si se hace respetuosamente como se hizo. En este caso en particular me siento más satisfecho cuando veo a exalumnos míos (Andrea y Alfredo), a un colega (Steffan), a tres amigos (Alejandro, Juan Carlos y Dennis) y, nada menos y nada más, a mi mamá (Edelma) y mi hermana (Gaby) participando, además de los demás compañeros "facebookeros". No puedo pedir más. Un saludo para todos.
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