Hoy se dieron a conocer los datos de la Encuesta de Hogares. Al respecto quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones.
- Los datos de la Encuesta de Hogares que se utilizan para elaborar los índices de pobreza y desempleo son recabados en julio, que es cuando el INEC hace el trabajo de campo. La información refleja entonces la situación del que es posiblemente el peor momento de la crisis, el mes en el que la economía tocó fondo. No es sino hasta el segundo semestre que comienza la recuperación, y en el que mucha de la inversión pública para este año comienza a ejecutarse. Y es importante mencionar esto porque es posible que los datos ya hayan experimentado una mejoría.
- Nunca un aumento en el desempleo o la pobreza será positivo, por pequeño que sea. Quiero dejar claro esto para que no parezca que de alguna manera le resto importancia a cifras que finalmente se refieren a seres humanos que ven coartadas sus posibilidades de alcanzar mejores niveles de vida. Pero tampoco podemos tapar el sol con un dedo, cosa que entiendo es difícil en época electoral. De no haber sido por las políticas públicas que se adoptaron para atenuar el impacto de una crisis sin precedentes en los últimos 80 años, el resultado habría sido peor.
- La crisis no es una excusa, es una explicación objetiva. Si fuera una excusa entonces no habría desempleo de casi 20% en España, casi 10% en EEUU, 11% en Chile, casi 9% en Argentina, 10,6% en México, 12,6% en Colombia y 9,5% en la Unión Europea., ni se habrían desplomado las bolsas internacionales ni disminuido dramáticamente la producción en la mayoría de los países del mundo.
- La crisis que Costa Rica vivió al inicio de la década de los ochenta -que no se compara con la actual que como mencioné anteriormente no tiene parangón en los últimos 80 años-, resultó en una inflación de 90%, una caída de la producción del 15%, un desempleo de 9,4% y un nivel de pobreza del 50%. La diferencia entre esos números y los actuales la hace precisamente una aplicación oportuna y eficiente de políticas públicas con un componente importante de inversión social.
- No tenemos todavía datos del impacto de las transferencias sociales para contrarrestar la caída de los ingresos familiares y en consecuencia en el índice de pobreza. Pero el año pasado el aumento de las pensiones del régimen no contributivo y las transferencias de Avancemos evitaron que la pobreza creciera 2,1% más de lo que creció. Es de suponer que en un año de inflación controlada como el actual este impacto sea aun mayor.
- Los puestos de trabajo perdidos en el sector privado fueron compensados por el aumento de la planilla estatal. El 52% de las nuevas plazas que se crearon en el sector público corresponden a nuevo personal -mayoritariamente docente-, del Ministerio de Educación. Otro porcentaje importante son nuevos policías y personal para CEN-CINAI y EBAIS que el Ministerio de Salud y la CCSS han venido contratando para ampliar estos servicios. Reforzar la institucionalidad social ha sido una de las respuestas del Gobierno ante la crisis.
- El aumento del desempleo femenino es mayor que el masculino. Esto se da porque cada vez más mujeres tratan de incorporarse al mercado de trabajo. Este año la PEA femenina ha venido creciendo mucho más que la PEA masculina. Desafortunadamente la economía no pudo generar los nuevos trabajos que se requerían para absorber este crecimiento, por lo que al ser el sector que mas crece las mujeres resultan más golpeadas. Este y otros datos de la Encuesta servirán para diseñar programas específicos dirigidos a reducir el desempleo femenino,
- Ya desde hace un tiempo el Gobierno había aceptado que era muy difícil alcanzar la meta de reducir la pobreza en 4% al final del cuatrienio. Pero para julio del 2010, cuando se haga la siguiente Encuesta de Hogares, es muy probable que el porcentaje de pobreza sea menor al actual, con lo que por primera vez en muchos decenios el índice de pobreza se mantendrá por debajo del promedio histórico de 20-21% por cuatro años consecutivos. No puede uno dejar de pensar lo que se pudo haber logrado si el país no hubiese padecido una crisis de la magnitud de la que enfrentó.
En el debate que inevitablemente producirán estas cifras debemos separar el grano de la paja (literalmente). No es un resultado positivo, pero no es la debacle que a partir de ahora algunos querrán presentar. Los problemas de este país son muy serios como para darnos el lujo de no discutirlos seriamente.
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