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domingo, 1 de mayo de 2016

¿Se acaban los partidos políticos?, y la necesidad de ser sensible a las preocupaciones de la gente

En el marco de la elección del nuevo directorio de la Asamblea Legislativa, dos heterogéneos grupos de mujeres, el denominado “Bloque de Mujeres Parlamentarias” y el foro “Mujeres Políticas por Costa Rica”, demandaron, entre otras cosas, la elección de una mujer en la presidencia del directorio legislativo, así como una estricta paridad en los restantes puestos.

Más allá de la justeza de sus peticiones, la actuación de estos grupos evidencia un hecho relevante y repetido en las democracias contemporáneas: el desvanecimiento de los partidos políticos.

Como un desarrollo relativamente reciente de la historia política de la humanidad, los partidos políticos, en su encarnación más basica, deberían ser un instrumento para acceder al poder político, con la intención de concretar un visión ideológica particular.  

No es aventurado decir que desde finales del siglo XIX y en la mayor parte del siglo XX, la actividad política giró alrededor del enfrentamiento de visiones contrapuestas, normalmente relacionadas al papel del estado en las sociedades, conflicto que se canalizaba en la disputa partidista y en los procesos electorales que otorgaban acceso al poder político.

Pero de un tiempo para acá, y por razones diversas, relacionadas sobre todo con el economicismo que domina ahora la discusión política contemporánea, los partidos vienen a la baja. Es un fenómeno global, del que Costa Rica no escapa,  que afecta la afiliación partidaria, en un contexto en el que además se sataniza cualquier participación en organizaciones de este tipo.

Las peticiones del “Bloque” y el de las “Mujeres políticas” refuerzan la sensación de ese desdibujamiento de las fronteras ideológicas que los partidos políticos se supone deberían tener. Esto no es bueno ni malo per se, pero denota una reacomodo político de consecuencias impredecibles. Si el elemento unificador en el pasado era la ideología, pareciera que las causas “transversales” podrían ocupar ese espacio en el futuro, en organizaciones sustancialmente diferentes a las actuales. 

Vivimos sin duda una época de profundos cambios en el ámbito político. Ojalá que sea para el reforzamiento de un proyecto común y no el inicio de una época de desintegración social, que nos lleve a vivir en los archipiélagos del interés individual. Como país, es lo peor que nos puede pasar. 

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Los invito a escuchar la edición de esta semana de Café Futbol CR, espacio de análisis y comentarios producido por Alvaro Gallardo y Alberto Alfaro
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Como era previsible, la política de “liberación” de privados de libertad que ha venido implementando el Ministerio de Justicia ha provocado una reacción de recelo y dudas. La discusión es compleja, porque trata de un tema que desafortunadamente volvió a ser relevante para la población, que es el de la inseguridad ciudadana.

Es importante recordar que en el año 2015 se presentó la tasa de homicidios mas alta de la historia. La inseguridad, relegada desde el 2013 como preocupación ciudadana, volvió a aparecer en las encuestas como uno de los problemas principales en el país. No es un dato irrelevante, por mas que se pueda explicar las causas del aumento de los homicidios, y pese a que se mantiene la tendencia a la disminución en la incidencia de otros delitos.

Es en este contexto en el que el Ministerio de Justicia, en acatamiento de una orden de la Sala Constitucional que le pide atenuar el problema del hacinamiento carcelario, inicia la política de “liberación” de privados de libertad. Hay criterios para la selección de los beneficiarios y no se trata de una liberación sin condiciones: deben tener  un entorno familiar que los acoja, contar con una oferta de trabajo y la obligación en algunos casos de pasar algunos días de la semana en un centro penal.

La iniciativa parece estar bien fundamentada, pero se concreta en un momento que requiere una aproximación cuidadosa. La renovada preocupación de la gente respecto a la inseguridad y a los niveles de violencia  no debe ser tomada a la ligera. 

Tampoco deben desestimarse los cuestionamiento de algunos diputados, simplemente porque se consideren políticamente motivados. La respuesta de las autoridades de Justicia debe ser explicar incesantemente, las veces que se requiera, en los espacios que sean necesarios.

Por eso llama la atención la actuación del Viceministro de Justicia, que para defender esta política haya optado por la ironía y la mención insistente de los reconocimientos internacionales que han obtenido, como una forma de desestimar las críticas que ha generado la política. El tono condescendiente que transpiran esos comentarios no aporta nada a una discusión delicada, que requiere de un gran esfuerzo didáctico, pero sobre todo una gran sensibilidad a las preocupaciones –válidas- de una ciudadanía que se siente amenazada.

Los funcionarios en general, pero sobre todo los jerarcas de la administración pública, no pueden desestimar las preocupaciones de la ciudadanía como producto de la falta de rigor intelectual o como resultado de una cobertura de medios malintencionada. Esto a veces puede requerir de un esfuerzo de madurez importante, pero es ineludible. La gente puede estar equivocada, pero la respuesta no puede ser la ironía y la condescendencia intelectual. 

3 comentarios:

Unknown dijo...

Desde hace muchos años los partidos políticos "dicen" lo que el público quiere oir, para llegar al poder. El PAC es un ejemplo vivo de ello, lo peor cumplió su objetivo llegar al poder, pero ¿y ahora? Al no saber que hacer pues hace el ridículo, en perjuicio del país.

De "quejadera" en redes sociales puede ser el inicio de una participación del Pueblo más constante, que mantendrá a las organizaciones políticas "marcadas" de cerca y con las antenas desplegadas para escuchar los mensajes. El PUSC parece ya haberlo entendido, el PLN se resiste a aceptarlo, FA cree entenderlo y el PAC extraviado como está podría perderse del todo. Por eso hablo de organizaciones políticas como la Alianza por San José, sin ideología explícita que la sustente, pero dispuesta a tomar el poder y ejercerlo, parecen interpretar la exigencia de las nuevas generaciones soluciones no importa de donde vengan, ni el color de su bandera.

El viceministro de Justicia, un simple burócrata que prefiere poner en riesgo a la ciudadanía que correrse él el riesgo de ser denunciado por desacatado, el típico mando medio y alto que dominan hoy los ministerios e instituciones estatales, cuyo credo es primero yo, después yo y de último yo, y se sobra algo que sea en beneficio del ciudadano.

Jorge Fallas dijo...

BUeno, los partidos estan en parte para satisfacer las necesiades de al gente. Y han hecho lo posible por hacerlo, con las consecuenc iass malas y buenas que eso trae. Parte de la ingobrnabilida y el inmovilismo imperante es el altor fraccionamiento de la Asamblea. Seria mejor dejar de quebrar el voto tanto como se hace ahora.

Las redes sociales son mas bien un ruido en su gran mayoria inutil. NO son capaces de generar movimientos sociales. SOn mas que todo formas de ventilar opiniones y frustraciones de personas menos aptas a formar grupos o asociaciones. No deberian tener tanta importancia y debieran mirarse con cuidado.

Y respecto a la actitud del viceministro: la verdad es que a veces hay gente tan estupida, que el sarcasmo es la unica forma de responder. Es como tratar de debatir con alguien que cree que la tierra es plana.

Es curioso ademas tratar de decir ahora que el viceministro es un burocrata o inepto por tener que hacer cumplir la ley, a riesgo de ir a la carcel. El probleam no esta con el como funcionario que juro cumplir la constitucion y las leyes. Es con la ley. Si no se quiere liberar presos, que la Asamblea dicte una ley prohibiendolo. Per echarle la culpa al vicemnistro es en extremo absrudo y muestra hasta que punto llega la ignorancia de algunos en discusiones serias.

Unknown dijo...

Buenos días don Roberto, yo no percibo la ironía ni condescendencia en los comentarios del viceministro de Justicia, por el contrario me parece que sus acciones van dirigidas por el camino de la inclusión a la sociedad de personas que se han responsabilizado por su delito y tienen afán de reintegrarse a la vida productiva. Entiendo que el contexto de violencia promovido por el narcotrafico (porque hay que dejarlo así de claro) no brinda el ambiente más propicio para estas medidas tan impopulares pero justas que se están llevando a cabo, pero considero que se hizo el trabajo correcto y justificado en estadísticas y no mera percepción y dedo al aire de que es lo que hay que hacer y qué resultados se están obteniendo. En cuanto al enfoque con que se ha tomado de comunicación deja mucho que desear de muchos frentes, y esos no los veo mencionados por ningún lado, ya que la función del periodismo no es solo poner en tela de duda y desinformar sino todo lo contrario, debe de ser investigar de manera crítica y brindar información clara para la construcción de un criterio y diálogo en lo político pero también de en lo social.