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domingo, 16 de octubre de 2016

Concesión no, carretera tampoco

La viceministra de Transportes se sumó esta semana a los miles de costarricenses que en medio de las interminables presas de la ruta San José-San Ramón han arribado a la misma dolorosa conclusión: tal vez habría sido mejor haber hecho la carretera bajo el esquema de la concesión.


La historia todos las conocen. El Gobierno anunció el traspaso de la concesión de la antigua concesionaria a una firma brasileña. Casi inmediatamente comenzó la oposición al proyecto. En el grupo opositor confluyeron distintos actores con distintas motivaciones. Algunos movidos por razones ideológicas, opuestos a la concesión de obra pública sin plantear alternativas; otros, teniendo un ojo puesto en las elecciones del 2014, algunos incluso en las del 2016. Todos además, ilusamente –o tal vez no-, haciéndole el juego a algunas compañías constructoras que alimentaban el descontento para traerse abajo la concesión,  con la secreta esperanza de poder obtener ese contrato.

Este bloque opositor contó además con el apoyo irrestricto de algunos medios de comunicación, que a dos manos se sumaron al movimiento. No hubo debate equilibrado. No solo periodistas como Pilar Cisneros y Amelia Rueda convirtieron sus espacios informativos  en cajas de reproducción de los incompletos –por no decir falsos-, argumentos de los opositores a la concesión, sino que además brindaron un espacio privilegiado a todo aquel que quisiera expresar su rechazo al plan.

La discusión de los méritos técnicos del proyecto quedó enterrada bajo el aluvión de falsedades, inexactitudes e interpretaciones interesadas que fueron reproducidas una y otra vez en algunos medios de comunicación. Los candidatos presidenciales a las elecciones del 2014, incluido el del partido oficial, fueron incapaces de sustraerse de este ambiente enrarecido y ninguno abogó por lo menos por un debate mesurado y basado en el mérito técnico. En medio de la gritería ensordecedora que acusaba a quien osara defender la concesión de corrupto, se sumaron causas judiciales en contra de las autoridades responsables del proceso, lo que fue objeto de profusa cobertura en algunos medios que mas parecían agencias de relaciones públicas de constructoras que otra cosa.

Pero ahora, cuando la situación en la ruta 1 sigue siendo la misma, miles de costarricenses, muy tarde ya, comienzan a darse cuenta que pudo haber sido un error no haber seguido adelante con la concesión. En las tres y hasta cuatro horas que tienen que pasar en esa carretera diariamente, la idea de que ya para este momento se habría ejecutado la totalidad del proyecto, frente a la incertidumbre de la alternativa del fideicomiso, debe atormentar a muchos, que comienzan a poner en una justa perspectiva lo que se quería hacer.

Las razones para rechazar la concesión pierden peso ante la realidad actual de la carretera, pero sobre todo, ante algunos elementos que comienzan a emerger alrededor del proyecto que se proclamó la panacea para resolver el tema. Primero, la fecha de inicio del proyecto sigue siendo incierta, pero todo apunta que no será antes del segundo semestre del 2018, sino es que termina siendo el primero del 2019 (y sin contar la posibilidad de que no pueda hacerse por una cuestión de costo, a menos que el gobierno se meta la mano en la bolsa y aporte un subsidio millonario).

Segundo, como parte del financiamiento del fideicomiso, se aumenta el peaje de la carretera en este momento, meses, si no años, antes de iniciar la construcción, con los que miles de vecinos de Occidente verán aumentar su gasto sin recibir nada a cambio. Y tercero, la obra tendrá un costo tal que resultará en un peaje similar al que iba a cobrar en la concesión. Esto se justifica afirmando que se trata de una obra de dimensiones mayores a la que se planteaba en la concesión, pero la verdad es que el costo del peaje fue el argumento central que se utilizó para oponerse a la concesión, aunque ahora, por supuesto les conviene, quieran minimizarlo.

Mientras tanto, los tribunales de justicia rechazaron una a una, y de manera definitiva, las acciones presentadas por particulares en contra de jerarcas de la administración pública: la alucinante demanda por distintos delitos presentada por un particular personaje en contra de decenas de funcionarios públicos nacionales e internacionales, ha sido rechazada repetidamente. Lo mismo con un proceso contencioso administrativo, cuestionando la validez del contrato y su traspaso, ha sido archivado de manera definitiva por parte del Tribunal Contencioso-Administrativo. Las causas que fueron utilizadas maliciosamente para generar dudas alrededor de la actuación del gobierno, y que algunos medios presentaron, pese a las absurdas premisas que las sustentaban, como una prueba de que había acciones cuestionables, han sido archivadas y desestimadas de manera definitiva.



De esta experiencia deberíamos derivar algunas enseñanzas para el futuro. Primero, que los debates alrededor de temas públicos tienen que separar el campo de la ideología del de la técnica. Incluso este gobierno, cuyo aliado político el Frente Amplio es el adalid contra la figura de concesión de obra pública, ha tenido que admitir, en la figura dela viceministra y el mismo ministro, que la concesión es un instrumento válido para el desarrollo de infraestructura. Segundo, que los espacios mediáticos para la discusión de política pública deben ser equilibrados, y que periodistas que no saben de un tema deben fungir como facilitadores del debate, no como jueces de la pertinencia de las posiciones, como lo hicieron en su momento Cisneros y Rueda. Y tercero, que las acusaciones temerarias antes estrados judiciales no representan bajo ninguna circunstancia una confirmación de culpa, por más que actores interesados quieran presentarlo así.


Si por lo menos ganamos eso, tal vez valga la pena el sacrificio diario de miles de personas que siguen sufriendo las consecuencias del cálculo político, la desinformación y la mala intención.


domingo, 12 de junio de 2016

Cronograma para la construcción de la carretera a San Ramón; la lucha por derechos humanos

El presidente Solís anunció su deseo de iniciar la carretera a San Ramón antes de terminar su mandato. El presidente aparentemente no tiene información sobre este proyecto, porque lo cierto es que no comenzará a construirse, si todo sale bien, hasta principios del 2019.

En una actividad organizada por el LANANME hace algunas semanas, el Banco de Costa Rica, entidad encargada de establecer el fideicomiso que construirá y operará la carretera, informó del estado del proceso. La imagen muestra la filmina que el personero del Banco utilizó para ilustrar las etapas que deben cumplirse. La primera, completada ya, consistió en recabar información existente, incluyendo la que la concesionaria anterior entregó como parte del finiquito. La segunda etapa es la firma del contrato entre el MOPT y el BCR para establecer el fideicomiso, que es en la que se encuentra el proceso actualmente. Pero para terminar esta etapa, habrá que superar un escollo legal, y no se tiene certeza de que sea posible.

La ley que originó el fideicomiso establece en su artículo 8 que el contrato debe incluir una estructura tarifaria aprobada por la ARESEP, como requisito ineludible para que sea refrendado por la Contraloría General de la República. El problema es que para poder definir la estructura tarifaria, se necesita tener el costo definitivo de la obra, en tanto la cifra que se ha venido manejando es un estimado en donde faltan elementos como la valoración del costo socioambiental, algunas expropiaciones adicionales y los planos definitivos que son necesarios por haberse cambiado el diseño original.

El Banco tendría que darle vuelta al proceso, es decir, primero hacer los planos para poder tener la estructura tarifaria, antes de ir a la ARESEP y a la Contraloría. Pero, ¿qué tal si la obra termina siendo muy onerosa con un peaje muy alto? El Gobierno podría entonces optar por otra forma de financiamiento, que le resulte mas barata y desechar la idea del fideicomiso. El problema para el Banco es que sin contrato no podría obligar al Gobierno a asumir el costo, y tendría que cargar con el gasto para la elaboración de los planos, que bien puede acercarse a los $20 millones.

Pero aun si se pudiera darle vuelta al proceso y obviar el requisito de la estructura tarifaria para seguir adelante, la autorización de ARESEP y el refrendo de la Contraloría tomará posiblemente el resto de este año. Luego vendría la estructuración financiera, el establecimiento del fideicomiso, y la elaboración del cartel, el concurso y la contratación de la empresa que haría los diseños. La estimación del Banco es que, si todo sale bien, la empresa quedaría contratada en el segundo semestre del 2017. A partir de ahí tomará de 15 a 18 meses para terminar los  planos. Eso nos lleva al 2019. Ojalá sea así.

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La lucha para que en Costa Rica exista un disfrute pleno e igualitario de derechos ha sido ardua y empinada. Ha sido así por la oposición de algunos grupos de orientación religiosa, pero también por la división entre los sectores que empujan los cambios.

 Esta división tiene que ver con varios temas. Uno es el ámbito mismo de las reivindicaciones. Algunos impulsan cambios graduales, en consideración al conservadurismo imperante en Costa Rica, mientras otros creen que debe apuntarse a lo máximo porque la resistencia igual se presentará con reivindicaciones pequeñas o grandes.

Otro punto de discrepancia tiene que ver con la estrategia misma de lucha. Un sector considera que, en aras de evitar una confrontación política, lo mejor esa tratar de conseguir ampliar el elenco de derechos mediante acciones administrativas o judiciales. Que sean las instituciones –la CCSS es un ejemplo-, y los estrados judiciales los que otorguen los derechos a los grupos perjudicados, sin tener que pasar por la Asamblea Legislativa.
Pero hay otros grupos que consideran que la lucha mas bien debe ser política, no solo porque posiblemente pueden obtenerse resultados mas contundentes, sino también porque podrían concretarse en menor tiempo. La cuesta es mas empinada, pero posiblemente se dure menos tiempo llegando a la cima.

En el fondo, no deberían ser estrategias excluyentes. Tal vez sea momento de plantearse un proyecto político común, con presencia en la Asamblea Legislativa, desde donde se lideren las acciones políticas y legales.

Esto podría servir además para definir el carácter de la lucha. Se trata de una reivindicación de derechos, no de una cruzada antireligiosa. El ataque a las creencias personales genera rechazo en una población profundamente religiosa, y refuerza el argumento de la amenaza como factor político aglutinador de los grupos religiosos.

Es momento de un cambio cualitativo y definir una estrategia común que permita avanzar con mas decisión los temas de derechos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Las contradicciones no son anécdotas, fideicomisos o no fideicomisos y la protesta espontánea

La presidenta Ejecutiva de la CCSS le pide públicamente al gobierno que anule el decreto que emitió para regularizar la aplicación de la FIV en Costa Rica. El ministro de Agricultura desestima la validez de una comisión técnica integrada en Casa Presidencial para analizar el tema de la importación de aguacate de México. La Viceministra de Infraestructura considera inapropiado el mecanismo del fideicomiso para construir la carretera a San Ramón y a Cartago. El ministro de Seguridad se manifiesta en contra de la iniciativa del Ministerio de Justicia de liberar a algunos privados de libertad para aliviar el hacinamiento carcelario.

No es la primera vez que jerarcas del actual gobierno expresan posiciones contradictorias con la posición de Presidencia o la de colegas de gabinete. Denota graves problemas de coordinación interna, producto de un ausencia de comunicación interna evidente, que es responsabilidad exclusiva de Zapote. Pero probablemente el mayor problema de estas muestras de dispersión, es que a la gente parece ya no importarle. Es más, le parece anecdótico. Lo único que genera es un resignado “¿otra vez?”, expresado con una sonrisa resignada.

No podemos permitir que estas cosas parezcan triviales. La banalización de poder, especialmente el de la Presidencia, puede tener consecuencias enormes para el país. El ejercicio del poder no puede terminar convertido en una anécdota por un gobierno que un día sí y otro también parece evidenciar una indolencia inusitada para consolidar procesos básicos de coordinación y consistencia interna.

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Relacionado con la posición de la Viceministra de Infraestructura respecto al fideicomiso para construir las carreteras a San Ramón y a Cartago, hay algunos elementos que vale la pena mencionar. El fideicomiso es un método adicional de financiamiento de obra, como lo son los préstamos internacionales, las concesiones y los recursos del presupuesto, entre otros. La selección de uno de estos mecanismo depende, esencialmente, del costo. ¿Para qué vamos a usar un fideicomiso cuyos recursos costarán un 6% anual si se puede optar pro un préstamo internacional que cuesta 4%?.

Ese es el primer dilema que hay que solucionar. Fideicomisos para financiar la construcción de la carretera a San Ramón y a Cartago tendrán sentido si son más baratos que si por ejemplo se dieran en concesión. Porque finalmente es el peaje lo que paga el financiamiento. Desde esta perspectiva, la selección del mecanismo no puede estar permeada de prejuicios ideológicos, sino de una objetiva valoración de los costos.

Dicho lo anterior, hay que decir también que la selección de un mecanismo de financiamiento no facilita mas o menos la ejecución de un proyecto. Hay otros factores que inciden de los que destacaría dos, uno, los procesos legales y administrativos que deben cumplirse; el otro, la voluntad de los jerarcas. Un claro ejemplo de esto último es el fideicomiso de infraestructura educativa que quedó listo en el gobierno anterior, cuya ejecución no se ha iniciado por razones que solo pueden explicarse en la falta de interés de los jerarcas del MEP.

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Los organizadores de la última marcha “No más RECOPE” intentaron recoger pancartas que algunas personas llevaban en contra del presidente Solís. Es un dilema moral propiciado por la naturaleza misma de la marcha: en una protesta difusa que parece ser específica contra una institución, pero que recoge un malestar contra una situación más general, ¿es apropiado limitar el derecho de expresarse de algunas personas?.

En un marco ambiguo como este, quienes participan tienen gran libertad para definir su propia motivación para hacerlo. Así una manifestación contra RECOPE puede ser también para mucha gente una manifestación contra el gobierno, o específicamente contra el presidente. O, y tal vez en esto se hayan mostrado más elementos en la convocatoria, contra los sindicatos del sector público, a los que se ha venido señalando mediante una retórica muy peligrosa, que incluye alusiones a la violencia como se muestra en este "meme" que Leonardo Garnier colgó en su murode Facebook.

Precisamente por este tipo de cosas es que hay que pensarse bien seguir convocando este tipo de actividades. No dudo de las buenas intenciones de los que parecen ser –lo digo así porque no está del todo claro-, los organizadores de estas marchas, pero estos deben ser consciente que pueden terminar abriendo espacios para otras manifestaciones más radicales. Ojalá que no sea así.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Mi Primer Empleo, ¿es todo lo público malo? y la carretera San José-San Ramón

El gobierno anuncia una iniciativa para estimular a empresas privadas a contratar personas menores de 35 años, mujeres y personas con discapacidad. El programa, denominado "Mi Primer Empleo", se inspira en una iniciativa lanzada en junio de este año en Argentina, y otorgará un subsidio mensual de ¢112,000 por cada trabajador contratado por las empresas que se inscriban en el proyecto.

Surgen algunas dudas. La primera, el financiamiento. Para alcanzar la meta propuesta de 30,000 contrataciones en los próximo 3 años, se deberá invertir poco mas de ¢46,000 millones. El INS aportará una cuarta parte del costo, y el INAMU ya anunció que invertirá ¢500 millones. El resto saldrá del "superávit" de algunas instituciones. Aparte de que normalmente los "superávits" son re-presupuestados al año siguiente, valdría la pena que nos explicaran de cuáles instituciones se piensa tomar los recursos, así como el fundamento legal para hacerlo, en tanto el traslado de recursos públicos a empresa privadas es algo muy restringido en la administración costarricense.

Segundo, detalles operativos. La condición para que las empresas reciban el subsidio -que le será entregado en tractos semestrales- es que se contraten a las personas por un año. Pero, ¿qué pasa si la persona renuncia o debe ser despedida antes del año (o después de 12 meses pero antes de 24)? ¿Cómo el estado controla esto? ¿Existe alguna responsabilidad solidaria del gobierno? ¿Tendrá que hacer un aporte adicional para el reconocimiento de derechos como cesantía, aguinaldo proporcional cuando cese la relación de trabajo?

Tercero, el programa está pensado para tres años. ¿Qué pasa con la gente contratada si no es posible, dada la situación fiscal, continuarlo en el futuro, o  si el próximo gobierno decide no prorrogarlo?, ¿cuál es, si es que hay, la responsabilidad del estado con las personas contratadas que podrían verse nuevamente desempleadas?
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Entiendo perfectamente la molestia de la gente con los abusos que se dan en algunas instituciones del sector público. Entiendo la aspiración de racionalizar el gasto público, de hacer al Estado más eficiente y eficaz. Pero de ahí a generalizar y homologar Estado a desperdicio, esfera pública a negligencia, y funcionario a corrupción, hay una gran diferencia.

El debate sobre el sector público, como es usual en Costa Rica últimamente, es un debate muy pobremente fundamentado. El Estado costarricense no es solo la suma de los casos puntuales de abuso presentados una y otra vez en medios de comunicación. Es también un entramado de instituciones que proveen una sombrilla de derechos a amplios sectores de la población, especialmente a los que menos tienen.

La aspiración que todos tenemos para sea más eficiente y racional, no nos puede hacer perder de vista que el Estado opera bajos principios que no son los que mueven a la empresa privada. Desde esta perspectiva, la generalización puede esconder también una agenda política específica, una de debilitamiento del Estado en general. Y con eso hay que tener cuidado.

Repito, los abusos son inaceptables y deben ser corregidos. Pero la lógica de un discurso que pone a “la gente” frente al “sector público” es peligrosa y puede derivar en situaciones extremas. Hay que tener cuidado y tratar de elevar el nivel del debate.
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¿Por qué no avanza el proyecto de la carretera San José-San Ramón? La respuesta es relativamente sencilla: por que no se sabe cuánto va a costar. Y sin saber cuánto cuesta el proyecto, no se sabe cuánto será el peaje, de manera que los bancos que inviertan tengan la certeza de que van a recuperar su inversión, incluyendo por supuesto la ganancia que aspiran a tener.

Pero para saber con precisión cuánto va a costar la obra se requiere realizar un anteproyecto detallado, y eso no es barato. Por eso el INS ha puesto a disposición del proyecto $21 millones, de manera que quien finalmente asuma el fideicomiso tenga un capital de trabajo inicial para contar con esta información vital para definir el peaje. Aquí vale pena decir que esta plata es un préstamo,(al 3,3% anual) y habrá que sumarlo a los costos totales del proyecto.

La pregunta es, ¿qué pasa si el costo resulta en un peaje muy alto, mucho mas que los $7.9 que se planteaba en el proyecto original? ¿Que hace un banco si después de endeudarse $15-20 millones para determinar costos descubre que el peaje es muy alto en las condiciones actuales de diseño?

Es cierto que el nuevo proyecto se ahorra el 14% de margen que obtenía la concesionaria, y alrededor de $175 millones de impuesto sobre la renta del que estará exento, pero estamos hablando de una obra que será casi el doble de lo que se había propuesto, sin incluir las radiales adicionales solicitadas por los diputados, ni las costosas expropiaciones que habrá que hacer para poder ampliar a 8 carriles el trayecto entre la Datsun y el aeropuerto. Pasará aproximadamente un año para que lo sepamos con certeza.


sábado, 26 de abril de 2014

Sobre carretera San José-San Ramón

Respecto al proceso que ha venido desarrollándose para concretar un nuevo proyecto para construir la carretera entre San José y San Ramón, quisiera hacer algunas aclaraciones, en tanto pareciera que existe alguna confusión con este tema, sobre en todo en el programa de doña Amelia Rueda, que ha venido dándole un especial seguimiento, en mi criterio sin toda la información necesaria.

- El Gobierno de la República reafirma su convicción de terminar el trabajo que se ha venido haciendo hasta ahora, consciente de la necesidad imperiosa de contar con una alternativa viable que permita la construcción de esta carretera. Pero también reafirma su convicción de presentar al país un proyecto completo que incluya todos los elementos que permitan su análisis y valoración correcta.

- Este proceso se organizó alrededor de la consecución de 5 productos: un diseño conceptual de la carretera, un cálculo del costo constructivo, una forma de financiamiento, un método de administración y un estimado del peaje.

- Para alcanzar estos objetivos, se organizaron tres comisiones con participación de los representantes de la comunidad y de las instituciones coordinadoras: la jurídica, coordinada por MIDEPLAN, para afinar el proyecto de creación del fideicomiso que construirá y administrará la obra; la ingenieril, coordinada por la Escuela de Ingeniería Civil de la UCR y con el apoyo de LANANME, para definir el diseño de la carretera; y la comisión financiera, coordinada por el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas, que tendría a su cargo la definición del peaje necesario para construir y mantener la obra.

- A la fecha de hoy, la comisión jurídica y la comisión ingenieril finalizaron su trabajo, mientras que la comisión financiera todavía se encuentra afinando los escenarios que construyó para determinar el peaje. Vale la pena mencionar que para un proyecto como este, cuya única garantía para los bancos es el flujo de ingresos (en tanto si no se pueden pagar los préstamos no hay un activo que responda: los bancos no podrían "quedarse" con la carretera si no genera los recursos necesarios para pagar los préstamos), lo que se calcula es el nivel de riesgo que ofrecen distintas tarifas de peaje. Ese será el formato del informe que el IICE presentará la próxima semana.

- Si bien es cierto que el proyecto del fideicomiso ya está listo, hemos valorado inconveniente enviarlo a la Asamblea Legislativa sin que finalice el trabajo de la comisión financiera, en tanto nos parece que el valor del peaje es un dato de suma importancia sin cuyo conocimiento los señores y señoras diputadas no podrían valorar de forma integral las bondades y/o limitaciones del modelo propuesto.

- La comisión financiera ha venido trabajando con total independencia, y el tiempo que se ha tomado para poder ofrecer su informe, está relacionado con el rigor con el que han venido acometiendo esta tarea, lo que los ha obligado a recopilar una gran cantidad de información respecto a costos relacionados a la construcción, mantenimiento y administración de la carretera.

Nuevamente, el Gobierno de la República, quien fue el que tomó la iniciativa de acercarse a los vecinos de Occidente para hacer este trabajo conjunto, reitera su compromiso en finalizar este proceso de la manera en que vislumbró desde el principio, conscientes como hemos estado siempre que la concreción del proyecto le corresponderá al nuevo Gobierno y a la nueva Asamblea Legislativa. Se ha querido dejar el proceso lo más adelantado posible, pero cumpliendo con un mínimo de rigor y fundamentando la propuesta de la mejor manera, reflejando de manera fidedigna las complejidades de un proyecto como este, que urge hacer, pero que sobre todo urge hacer bien.