Un error menos evidente pero más frecuente es una lectura poco rigurosa de los datos. Muchas veces esto se se produce cuando se ignoran algunos conceptos básicos o se quiere presentar la información a la luz de una intención determinada. Lo primero le pasa mucho a estudiantes y lo segundo sobre todo a algunos "analistas" y periodistas.
Las anteriores consideraciones ya las había hecho anteriormente en otra entrada de este blog , pero la publicación de una nueva encuesta en el Diario Extra me hizo pensar que sería oportuno reiterar los argumentos ya presentados y hacer una lectura más rigurosa de los datos de esta nueva medición. Aun cuando la misma periodista lo indica en esta nota (aunque de manera algo confusa), el eventual resultado de esta elección no sería el que se muestra en la portada del diario, obtenido al considerar la totalidad de la muestra encuestada -incluyendo quienes dicen que no votarán, un 15% según se menciona-, pues al excluir, como debe ser, ese porcentaje que según se desprende del texto ya manifestó su intención de abstenerse, los resultados al día de hoy serían los que se muestran a continuación:

Si al 15% anterior se le suma el 19% que dice la periodista "no sabe por quién votar o no responde a esa pregunta", se obtendría un universo incluso menor para el cálculo, y la cifra que obtendríamos de esta suma coincidiría con el abstencionismo que se ha venido presentando en las últimas elecciones, alrededor de un 34%. Si esto fuera así, el resultado de la encuesta se vería de la siguiente manera:

Esta es la forma correcta en la que se deben leer los datos de las encuestas si lo que se quiere es saber con algún grado de certeza cuál podría ser el resultado de las elecciones. Solo así podremos discutir rigurosamente sobre la posibilidad de una segunda ronda, las tendencias que se están presentando y concluir lo que se quiera. La validez de esas conclusiones es, como dice mi esposa, enano de otro cuento.
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